La canciller alemana Angela Merkel dijo el domingo que buscaría acuerdos directos con cada estado de la Unión Europea (UE) por separado sobre el tema de la inmigración, reconociendo que el bloque no fue capaz de hallar rápidamente una solución conjunta a un tema que amenaza a su gobierno.
Desde que las llegadas a través del Mediterráneo alcanzaron su máximo en 2015, cuando más de un millón de refugiados y migrantes arribaron al bloque, los líderes de la UE han estado enfrentados sobre cómo manejarlos. La discusión debilitó su unidad y socavó al área de libre movimiento de Europa.
En Bruselas mantuvieron conversaciones 16 de los 28 líderes de la UE el domingo, antes de una cumbre, el Consejo Europeo, el 28 y 29.
“Sabemos que en el Consejo Europeo, desafortunadamente, no tendremos una solución completa del tema migratorio”, dijo Merkel cuando llegó a la reunión.
Merkel está bajo presión para que encuentre una solución en la cumbre, pues su socio de coalición busca un camino más agudo en la política migratoria que en última instancia podría llevar a un colapso de su gobierno. Como no puede esperar a un consenso total en la UE, Merkel dijo que buscaría medidas más veloces.
“Es por eso que habrá acuerdos bilaterales y trilaterales, cómo podemos ayudarnos entre nosotros – no siempre esperar a todos los 28 miembros, sino pensar qué es importante para quién”, dijo.
El presidente francés Emmanuel Macron pareció ofrecer a Merkel un cauto respaldo, diciendo que si bien la solución a la migración debería ser “europea”, podría construirse a través de la cooperación de todos los miembros de la UE o solo varios decidiendo en conjunto.
Italia ha luchado durante mucho tiempo para hacer frente a las llegadas y su nuevo gobierno populista ha dicho que rechazaría cualquier idea que lo lleve a gestionar aún más personas.
El primer ministro Giuseppe Conte dijo que las normas de la UE, de que el primer país de llegada de la UE es responsable de los migrantes, deberían abandonarse. Esto reduciría en gran medida la presión sobre Italia.
También pidió a otros países de la UE que acepten su parte de los migrantes económicos que ingresan al bloque, o reciban menos dinero de la UE, reviviendo una idea que ya ha sido rechazada principalmente por países del centro de Europa en el pasado.
Desde 2015, la UE se ha tornado más restrictiva sobre el asilo y ajustó sus fronteras externas para reducir el ingreso de personas.
Enfrentados sobre quién recibe a los buscadores de asilo, los estados de la UE concuerdan en que quieren trabajar más con otras regiones como el norte de África para impedir que la gente se dirija a Europa.