En emergencia se declara el sector ganadero en el estado Zulia por varias razones, pero, la que prima es el tema de la escasez de combustible que cercena las posibilidades de los productores de trabajar, producir, transportar y comercializar sus productos, todo lo cual, genera un estancamiento y una suerte de parálisis del sector arriesgando con ello la propia producción de alimentos.
Así lo explicó para ‘Avanza’ por Sabor 106.5 FM, el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (FEDENAGA), Armando Chacín, quien manifestó que «tenemos prácticamente tres meses con una gran escasez del diésel en las estaciones de servicio, que usamos para el transporte de los enseres e insumos que teníamos que llevar a nuestros centros de producción y para sacar el producto, ya terminado, de nuestras fincas y distribuirlos por el país».
Chacín, no solo advierte que el combustible diésel se requiere para el transporte de insumos y de productos hacia los centros poblados, sino que también es requerido para encender las maquinarias como las cavas de refrigeración industrial para mantener el producto en buen estado, a lo cual se suma también la crisis eléctrica que, en los sectores rurales es más pronunciada.
«Cuando se va la electricidad, que ocurre casi todos los días, debemos hacer uso de nuestros generadores de energía que también usan diésel y sencillamente no tenemos el combustible, todo lo cual, nos tiene ahora mismo atados de manos y en un verdadero estado de emergencia, porque estamos dando carreras sin poder solucionar».
No es noticia nueva el tema de la escasez del diésel en las zonas agrícolas del país, más específicamente en las del estado Zulia. Chacín advierte que podría haber pérdidas muy dolorosas en rubros como carne y leche si no se resuelve con la celeridad que amerita el tema de la falta del gasoil.
Es crítico en todo el país
Chacín enfatizó que no solo es el Zulia el estado afectado, el problema de la escasez del gasoil arropa a todos los agroproductores del país: «Si una finca coge candela, no tenemos como atender, como sofocar, porque, no contamos con la capacidad de movilidad para hacerlo, no hallamos como hacer las labores para contar con los cortafuegos en esta época en que hay probabilidad de incendios por la sequía; no contamos con el combustible que nos permita cumplir con la cadena productiva y estamos en emergencia, realmente urge una atención al respecto».
«Deben actuar»
El directivo del gremio agrícola afirmó que, ciertamente, han tenido conversaciones en reiteradas oportunidades con autoridades del Ejecutivo y se les ha elevado varios planteamientos de solución, pero, no se observa acción y no basta con escuchar, sino con resolver.
«Hemos solicitado que se nos otorgue un código a las asociaciones de productores agropecuarios con el fin de que podamos manejar, desde PDVSA hasta los distribuidores la cantidad de combustible que requerimos y que se nos sea garantizado para poder normalizar las condiciones de producción y distribución, esos códigos, al otorgárselo a los productores sería garantía de que el combustible llegue a quien lo necesita».
Sin embargo, Chacín remarcó que «no hemos tenido respuesta al planteamiento sino pañitos de agua tibia, por ejemplo, te dan 200 litros de diésel que con eso trabaja un tractor por una semana y nosotros necesitamos continuidad; no podemos iniciar un trabajo para paralizarlo a la semana para entonces volverlo a comenzar dentro de un mes o mes y medio, imagínate el retraso que eso significa y las pérdidas».
«¡Que alguien me explique!»
Razona Chacín que «siendo el diésel un subproducto de la gasolina, no entiendo como se consigue gasolina y no se consigue diésel; creemos que la gasolina que está circulando es la importada para no dejar el subproducto (diésel) en Venezuela, es una interpretación que hacemos, porque, en verdad no sabemos la razón de esta anomalía».
El directivo de Fedenaga afirma que la solución de adjudicarle el valor al díesel en 0,80 les es muy dura para el agropoductor costearlo para producir alimentos: «Se nos hace muy difícil desarrollar las labores con unos precios que sobrepasan el valor del diésel a nivel internacional».
Acogotados
«Encima de eso -prosigue Chacín- es muy difícil trasladar esos valores de sobreprecio al producto final, porque, trabajamos con la ley de oferta y demanda y sencillamente nosotros como productores no podemos imponer un precio, debemos colocar ese valor de acuerdo con la ley, pero con esos precios en términos de costos de producción nos está generando grandes pérdidas y de una u otra forma para los sectores agrícolas siempre existe un subsidio, un trato preferencial en la mayoría de los países productores de alimentos».
Chacín afirma que no puede pagar igual el combustible quien hace transporte de carga o de otro tipo al que produce alimentos, porque, quien produce alimentos, no solo necesita mayor volumen de combustible y con mayor frecuencia, sino que está trabajando con la alimentación de un país, con productos que deben ser preservados para lo cual la garantía del combustible es vital.
Subsidio controlado
Chacín advierte que de acordarse un subsidio cual es lo que están solicitando los agroproductores, éste debe ser controlado por las propias asociaciones para que el combustible llegue al destino que debe llegar y no se desvíe en los acostumbrados mercados negros que pululan en el país.
«No puede haber subsidio que no pueda ser controlado por los productores agropecuarios lo cual es garantía de que el combustible llegue realmente a los sectores de producción de alimentos, eso lo estamos planteando en la mesa de conversaciones».
Diésel ‘bachaqueado’ sí hay
«Con precios de 0,80 -precisa Armando Chacín- es imposible poder trabajar, cuando tenemos maquinarias y equipos que pueden trabajar en un día con una pipa de 200 litros, estamos hablando de que un diésel a un dolar o cercano a un dolar para costear esa cantidad de combustible y más es realmente inviable; es como cuando la gasolina la pusieron a tres dólares que era casi inviable que pudiéramos distribuir al centro del país los alimentos, porque no dan los costos».
Chacín recuerda que «dentro de una estructura de costo, nosotros tenemos que incluir el pago al transportista, a los trabajadores que producen, que están en el campo, que operan las maquinarias, que siembran y recogen, y costear los gastos normales que tenemos en nuestras fincas».
Es un llamado urgente el que realiza Fedenaga al Ejecutivo a buscar entre todos una solución inmediata y sostenible para que la producción alimenticia recupere sus niveles estándares y los alimentos lleguen a todas las mesas de los venezolanos.
NAM/Monitoreo
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