La esperada asistencia el próximo 18 de agosto del presidente ruso, Vladimir Putin, a la boda de la ministra austríaca de Exteriores, Karin Kneissl (afín al FPÖ) generó controversia en Austria, el cual preside la presidencia temporal de la Unión Europea (UE) de este país.
«¿Cómo la presidencia austríaca de la UE puede desempeñar, como lo pretende, un rol de intermediario equilibrado (entre los 28 de la UE y Moscú) si la ministra de Exteriores y el canciller (jefe de gobierno) se ponen claramente de uno de los lados?» se interrogó el viernes el dirigente socialdemócrata (SPÖ) Andreas Schieder.
«Se trata de una provocación de dimensión europea» agrega la eurodiputada SPÖ Evelyn Reger, que denuncia «una vergüenza para la imagen de Austria».
Ante la asistencia del mandatario ruso el partido Verde (oposición) pidió por su parte la «dimisión inmediata» de la ministra y subrayó que «Putin es el adversario más agresivo de la UE en materia de política extranjera».
El Kremlin confirmó el miércoles que Putin había aceptado participar en la boda, antes de una reunión programada horas más tarde con la canciller alemana Angela Merkel cerca de Berlín.
Además del presidente ruso, se espera la asistencia a la boda del canciller austríaco, el conservador Sebastian Kurz, y del vicecanciller FPÖ Heinz-Christian Strache. El FPÖ estableció en 2016 un acuerdo de cooperación con el partido Rusia Unida de Putin.
El FPÖ formó en diciembre una coalición de gobierno con el ÖVP de Kurz, en torno a un programa antimigración.
NAM/AFP
