Las malas condiciones laborales, la creciente inflación, las agresiones físicas y, también, la persecución política, han provocado que el número de doctores turcos que en lo que va de año ha solicitado ejercer fuera del país sea ya un 20 % más que en todo 2021, y el más alto en una década.
El Colegio de Médicos de Turquía (TTB) informó hoy que un total de 1.683 facultativos solicitaron hasta agosto el certificado de buena conducta que precisan para poder trabajar en el extranjero.
La cifra contrasta con los 59 que solicitaron ese documento en 2012.
«Debido a las pesadas e inseguras condiciones de trabajo, los médicos emigran cada vez más al extranjero. Seguid luchando por un futuro saludable», declaró el TTB en un comunicado.
Necmi Erdogan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Técnica de Oriente Medio, dijo a Efe por teléfono que esa fuga de talento no sólo afecta a los médicos, sino también los mejores estudiantes y los jóvenes académicos estaban abandonando Turquía.
«No ven claro su futuro aquí. Nuestros mejores estudiantes son muy pesimistas y aprovechan la primera oportunidad que tienen para abandonar el país», explicó.
A principios de esta semana, el Ministerio de Educación turco advirtió a los directores provinciales de educación que algunos estudiantes de Erasmus estaban aprovechando ese programa de intercambio para solicitar asilo en países de la Unión Europea.
El poder adquisitivo en Turquía, también el de las personas con estudios superiores, se ha visto mermado considerablemente por la subida de la inflación hasta el 70 %, según las cifras oficiales, y muchos titulados emigran por miedo a caer en la pobreza.
NAM/Agencia
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