La crisis económica de Venezuela redujo la economía y el Estado nacional hasta un punto tan contraído y recesivo, que básicamente todos los flujos de capital en el país se monopolizaron y la macroeconomía cayó en una depresión prolongada que amenaza con cerrar el Producto Interno Bruto venezolano en un desplome del -30% para final de 2019.
Es por ello que las proyecciones de la mayoría de los economistas venezolanos indican al unísono que el país necesita un plazo de al menos entre 5 y 10 años para recuperar el nivel que tenía su economía en 2013, año en el que inició la crisis.
Y ante esa compleja realidad, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien controla parte de los activos financieros de Venezuela a través de su equipo de trabajo en el marco de su llamado gobierno interino, anunció el martes que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) propone concederle un préstamo de 400 millones de dólares a Venezuela con el objetivo de iniciar su recuperación económica.
“Hay una propuesta de la CAF de 400 millones de dólares para poder prestar al país y solucionar la crisis”, agregó el líder opositor durante una sesión del Parlamento donde se debatían ayer los problemas eléctricos que afrontan varias regiones de Venezuela.
Guaidó dijo que los recursos que contemple otorgar el banco de desarrollo (antigua Corporación Andina de Fomento) no serían administrados por el presidente Nicolás Maduro, sin dar mayores detalles.
Esto implica que esos fondos irían directamente a las cuentas de la administración de Guaidó, cuya posición en la banca se centra en bancos corresponsales que el gobierno de Estados Unidos puso a disposición del líder opositor, pues el presidente Donald Trump lo reconoce como único presidente legítimo de Venezuela.
“A mala paga no le van a prestar”, señaló Guaidó en referencia a Maduro. El jefe de la AN también informó que la deuda externa total de Venezuela es de 136 mil millones de dólares.
Pese a los retrasos que el gobierno venezolano tiene en los pagos a los acreedores como los tenedores de deuda, la CAF ha otorgado financiamientos al Banco Central del Venezuela, y el último fue en diciembre del pasado año por 500 millones de dólares, informó la agencia Reuters.
Esos pagos se desembolsaron en las cuentas controladas por la administración de Maduro, pero hasta ahora no se ha visto reflejado en inversiones o una inyección de capital al Banco Central, pues la inflación sigue en aumento y las reservas internacionales venezolanas cayeron por debajo del mínimo histórico de 8.000 millones de dólares cuando en 2008 se ubicaban en 40.000 millones de dólares.
Si la CAF le otorga ese préstamo a Venezuela, podría crearse un fondo de estabilización macroeconómica que baje rápidamente la inflación y atraiga inversiones extranjeras para fomentar el empleo, reanimar la generación de capitales, la producción y motivar a los inmigrantes venezolanos a regresar al país en caso de que entre en esa eventual senda de recuperación.
Ricardo Serrano
