Volver al centro
En días pasados, la Gobernación del Zulia y la Alcaldía de Maracaibo, hicieron lo que para la gran mayoría de los zulianos representaba un imposible: detener el engullimiento del centro de la ciudad por el mal llamado mercado de las pulgas, cuando en realidad podría llamarse el monstruo de veinte cabezas y una más.
Reconozco que en las tres oportunidades que ocupe funciones públicas , nos planteamos la necesidad de acabar con tan indeseado desastre y debo confesar que la decepción y la frustración fue nuestra compañera. Sin importar a qué corriente política, ideológica, religiosa o de pensamiento que comulguemos, creo que debemos apoyar sin titubeo cómo marabinos esta acción y prestarnos a aportar todos nuestro grano de arena para que este sueño culmine satisfactoriamente para beneficio y disfrute de todos.
No hay espacio para el egoísmo, la sensatez y el espíritu de la zulianidad deben prevalecer en este momento y en esta obra particular. Lo que es bueno para Maracaibo y el Zulia , debe ser apoyado y defendido por todos nosotros. Convertir el centro de Maracaibo con su hermoso malecón en un espacio digno de los zulianos y de los turistas que al visitarnos puedan disfrutar de la rivera de nuestro lago, de nuestra cultura, arquitectura, nuestra gastronomía, y así entiendan porque somos la ciudad consentida de la virgen de Chiquinquirá.
Quedan ahora dos grandes retos, el primero, no permitir que nunca más la anarquía en forma de tarantín vuelva a erigirse en nuestro centro y el segundo, quizá el más importante, es ¿Cómo serán esos espacios a partir de ahora? ¿Cómo incorporar de manera ordenada y coherente a quienes en realidad desean desarrollar actividades productivas dignamente y que durante años fueron explotados por los vicios allí sembrados? ¿Cómo construir una nueva identidad alejada del caos y más cercana a nuestra verdadera idiosincrasia marabina, de trabajo y tesón?
Hace falta convocar a los mejores talentos del estado para el diseño del plan maestro y rector, abriéndole espacio a los privados para que con su experiencia inviertan en la materialización de ese gran sueño.
Dios quiera que la voz de protesta y rechazo nos una siempre frente a la mediocridad y todo lo que sea negativo para esta tierra, roguemos para que el espíritu de lo contrario no nos impida ver con ojos de justicia lo que es bueno para el Zulia.
Salvador González
