jueves 28 de marzo de 2024

#OPINIÓN Tiempos de cambio: Me disculpan, pero yo sí voto (Vladimir Villegas Poljak)

Las elecciones del próximo domingo 20 de mayo se realizan en medio de condiciones que ciertamente desdicen de lo que debería ser un proceso democrático, equitativo y pleno en garantías mínimas para que el voto se exprese de manera realmente libre, sin presiones, sin extorsiones políticas basadas en la manipulación del hambre y la necesidad de una población empobrecida por las nefastas políticas economías del gobierno.

Deberíamos tener unas elecciones en las cuales, por ejemplo, el gobierno no haga uso y abuso de los recursos de todos los venezolanos para sacar más ventaja de la que implica un estilo de gobierno autoritario, de espaldas al texto constitucional de 1999, del cual, irónicamente, el actual mandatario, Nicolás Maduro, es firmante. Lo ideal y lo constitucional sería que el Poder Electoral, hoy de mayoría con corazón innegablemente pro gobierno, le pusiera los puntos sobre las íes al presidente candidato, y que la ciega, sorda y muda Contraloría General de la República abriera investigaciones sobre el uso de recursos públicos en la campaña y sobre la epidemia de corrupción que carcome al Estado. Pero no le pidamos peras al olmo…

Deberíamos tener pleno equilibrio de poderes, en medio del respeto al principio de autonomía de cada uno de ellos. Pero no es así. Estamos ante un régimen en el cual las policías pasan por encima de los tribunales, de la Fiscalía General y de la enmudecida y cataléptica «Defensoría del Pueblo». El Poder Policial, teledirigido desde Miraflores, es el que manda .

En medio de este cuadro, de lamentable disolución institucional agravada con la irrupción de la llamada Asamblea Nacional Constituyente, hay factores políticas que llaman a la abstención, sin proponer nada factible ni nada distinto a lo que ya han intentado en varias oportunidades y que se ha traducido en no solo fracasos sino grandes frustraciones para una ciudadanía que de manera abrumadora clama por un cambio. El clamor por un cambio no es un capricho ni retórica opositora. Es un estado de necesidad, porque si no hay cambio seguiremos por el despeñadero en el cual nos encontramos. Para qué abundar en detalles si dentro y fuera del país ya se sabe lo que significa vivir en un país petrolero arruinado por un gobierno difícil de superar en desaciertos, abusos y barbaridades.

Yo respeto a los abstencionistas. Tienen derecho a su propio enfoque. Esa es la democracia. Pero igual reclamo el mismo trato para quienes, con todo y el ventajismo, la arbitraria exclusión de candidatos e ilegalización de partidos, pensamos que la peor opción para este próximo domingo es quedarse en casa, a contemplar lo que va a ocurrir si la mayoría descontenta opta por no votar. El gobierno hace fiesta con el abstencionismo, se lo goza, lo estimula, lo manipula por las redes sociales mediante una rigurosa campaña de desestímulo al voto. Y una parte de la oposición, sin querer queriendo, termina coadyuvando a que se logre ese objetivo.

¿Ustedes, queridos lectores, creen que un gobierno repudiado por la mayoría le teme mas a la abstención que a una masiva votación de repudio, difícil de expropiar, esconder, silenciar ? ¿ Quién es el fiador de esa política abstencionista? ¿ Quién le garantiza al ciudadano que al no votar está acelerando la caída del gobierno? ¿Cuántas veces no hemos escuchado ese relato?.

Son muchos los riesgos en unas elecciones que se dan dentro de un contexto de desigualdad de condiciones. Pero prefiero asumirlos y activar el único recurso concreto que hoy tenemos los venezolanos para expresar nuestro descontento y reclamar y decidir un cambio que es inaplazable . Coincido con millones de venezolanos que no se quedarán en sus casas a esperar los boletines «irreversibles». Las elecciones son un escenario de lucha ciudadana, aunque sea en medio de la mayor arbitrariedad. Si la mayoría no vota el resultado estará cantado, y lo único que tendremos garantizado es la continuación del desastre .

Con mi abstención que no cuenten. Yo sí voy a votar. El mundo no se acaba el 20 de mayo,pero si me quedo en mi casa creo que se nos puede poner peor a los venezolanos.

NAM/Vladimir Villegas Poljak