miércoles 24 de abril de 2024

#Opinion Sobre el Juicio a Otros (Gervis Medina)

Dice Jesús de Nazaret: Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no vez la viga en el tuyo, o como es que osas decir a tu hermano deja que te quite la paja del ojo si tú tienes una viga en el tuyo, hipócrita quita primero la viga de tu ojo y entonces veras claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. Desde luego esto es una amonestación a la hipocresía pero la significación reside en mostrar una identificación proyectiva, que es poner en los demás culpas y responsabilidades que se tienen y que no se toleran adentro y se pone afuera y eso es terrible para la cultura y la humanidad.

Es evidente en la realidad del ser humano, hombres y mujeres de toda clase y condición, tenemos una inclinación malsana y persistente, a criticar a los otros. Vemos con mucha facilidad, tal vez más de la que quisiéramos, los defectos y las malas acciones de quienes están a nuestro alrededor, y ello nos lleva a criticarlos  en nuestro corazón y de viva voz, por una razón o por otra, la mayoría de las veces con gran dureza.

En filosofía llamamos Cosmocentrismo a la idea que hay un orden superior que determina el lugar que ocupa cada cosa; Teocentrismo a que ese orden responde a la voluntad de Dios; y  Antropocentrismo a que es el hombre el que construye el orden; pero si es el hombre la causa del orden entonces también lo puede cambiar a su antojo, de hecho lo hace pero desde una perspectiva destructiva de sí mismo, para sí mismo.

La humanidad se ha vuelto mesiánica y salvacionista, esperanzado que algún ungido venga a resolver los problemas de la sociedad, el gran problema radica en estos agoreros de soluciones que sufren del manejo de las emociones, de un lenguaje malsano y acusador que ha ido produciéndose e incrementando como en los tiempos de Babel esperando de la mano de Dios, un milagro y que en contrario seremos castigados, por nuestra rebelión, y el olvido al prójimo y nuestro padre celestial.

Examinemos pues, nuestra conciencia teniendo en cuenta esta enseñanza de Jesús el de Nazaret, y esforcémonos por hacerla realidad en nuestra vida cotidiana, en todas nuestras relaciones con los demás caminando hacia la Santidad, alejándonos cada día de lo superfluo, material, de lo inverosímil en fin pongamos distancia de los caminos metalistas de Tubalcain.

Estas palabras de Jesús tienen una especial resonancia para nosotros en estos tiempos de crisis y austeridad espiritual y material; hoy todos sin excepción, tenemos mucho que aprender de ellas, debemos escucharlas, meditarlas en nuestro corazón, y ponerlas en práctica en nuestra vida de cada día.

Jesús nos invita en tiempo de cuaresma con insistencia, a revisar lo que estamos haciendo en este aspecto de nuestra vida, y a corregir con prontitud lo que no esté de acuerdo con lo que él nos enseña, no sólo por lo que esta manera de actuar implica de irrespeto al otro, a quien generalmente sólo conocemos en apariencia; él traerá mucha paz a nuestro espíritu, y nos permitirá ser acogidos con gusto por quienes nos rodean, que nunca se sentirán amenazados por una actitud prepotente y soberbia de parte nuestra.

Gervis Medina

 

@gervisdmedina