sábado 20 de abril de 2024

#OPINIÓN Sinceramente, ¿Estamos dando todo? (Jairo Ramírez Urdaneta)

El mundo esta atravesando por una de las crisis más grandes que hemos podido vivir, anteriormente a esta no se recuerdan varios virus infecciosos que vivimos por los años del 2008.

Esto nos pone a pensar en dos cosas, entre tantas que uno puede pensar, primero ¿Por qué esta pandemia es más conocida? y segundo ¿Estamos dando todo por nuestra gente?

A la primera pregunta, luego de informarnos sobre el tema, hemos podido llegar a la conclusión de que ha sido por la globalización, que nos ha conectado aún más con el resto del mundo. Anteriormente pedir cosas con tu celular de China era impensable, curiosamente el virus se generó allá.

Esto sin contar la cantidad de vuelos diarios que habían entre China y el mundo, por lo cual estoy seguro que el virus tuvo una propagación más rápida. A manera de información la gripe española, conocida así por descubrirse en España, realmente no se generó allí, fue llevada.

Así mismo, las redes sociales han conectado definitivamente al mundo, lo que ha ocasionado que muchos de nosotros estemos enterados de las noticias y las compartamos más rápido que cualquier medio de comunicación.

Esto ha ocasionado muchas veces que compartamos noticias que son falsas, y se propague información que termina causando caos en la población, y resulta ser que no es veraz. Es decir, que como la tecnología nos ha ayudado de diferentes maneras, quizás nos ha perjudicado un poco, teniendo siempre en mente que somos nosotros los que le damos el uso a la tecnología.

Precisamente por eso, la tecnología no es mala ni buena, como muchas cosas la persona que le da uso la vuelve mala o buena, dependiendo para lo que la utilice.

En otro sentido, la globalización, no solo ha tenido su intervención en la propagación del virus, sino también en el conocimiento del mismo por parte de la población mundial.

Sin dejar de lado que el Covid-19 es una pandemia que a pesar de no ser la más mortal registrada en el mundo, ha causado mucho daño y dolor. Podemos decir que estamos más precavidos y enterados de lo que pasa por la globalización.

Debemos reconocer que nuestro mundo esta cambiando y nosotros estamos cambiando con él, ya no nos informamos de la misma manera, ni nos llama la atención las mismas cosas que antes. Así mismo, debemos vislumbrar los nuevos problemas que nos traerá tener un mundo interconectado en tantos sentidos, para poder prepararnos y poder enfrentarlos de la mejor forma.

Podemos decir que el Covid-19 es la pandemia más conocida de los siglos XX — XXI, por la globalización, y ya que en estos momentos son las redes sociales las que posicionan el orden de los pensamientos de los seres humanos en el mundo.

A la segunda pregunta, sinceramente estoy seguro que ¡NO! No estamos dando todo por nuestra gente, por lo más importante que hay en el mundo que es la preservación de la vida, un derecho fundamental. Esto me hace recordar cuando Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil, dijo que morir “es el destino de todos en el mundo” a pesar de ser cierto, tratando de justificar de alguna forma la mala atención que llevó y lleva actualmente su gobierno con la contención de la pandemia, esto por de alguna forma tratar de conservar el desarrollo económico que llevaba el país para el momento.

Es un claro ejemplo de cómo una persona prefirió preservar otra cosa antes que la vida de miles de Brasileños, es el peor ejemplo que se puede dar para Latinoamérica y el mundo. Es lamentable que este tipo de personas pueda decidir sobre la vida de miles compatriotas de su país, me hace recordar episodios de la segunda guerra mundial solo que en este caso por omisión. La historia de ese país deberá juzgarlo, y seguramente lo hará.

Así mismo, vemos casos como países que se han ocupado de la pandemia de la mejor forma que han creído posible, se han querido enfrentar de lleno a ella, sin ocuparse de nada más, ni en pensar en las necesidades de su gente. Ni decir sus gobiernos locales y regionales que han sido reactivos con respecto a la contención de la misma.

Esto anteriormente expuesto, me hace recordar una frase que escuche en Maracaibo:
“si no nos morimos del coronavirus, nos morimos de hambre”.

Es el sentimiento general, que incluso se puede notar en la clase media del país que por estas circunstancias han perdido los ingresos que tenían para vivir. Precisamente por esto, hemos visto como muchas personas no han podido evitar la exposición al virus, ya que viven de un trabajo que no se pueden permitir perder.

En estos momentos, muchas veces trabajando con más horas de trabajo, ganando la mitad del sueldo a pesar de trabajar más, y caminando como si no hubiese mañana para llegar a los trabajos o al retirarse de los mismos por las restricciones de horario.

Hemos visto como nuestro pueblo que es el más vulnerable, no lo tenemos como prioridad en la toma de decisiones, ya que no es solo enviar la gente a sus casas a resguardarse es ir más allá y garantizar un sustento mínimo en estas condiciones que realmente parecen de guerra para el bolsillo de los venezolanos.

Recordemos siempre que es el venezolano quien hace a Venezuela, y no al revés. En ese ultimo orden de ideas siempre debemos pensar en las personas que hacen que Venezuela sea lo que es, y esos son nuestros venezolanos: luchadores, valientes, trabajadores, honestos.
En la medida de lo posible luchemos por los venezolanos de bien, ayudemos con lo que sea que podamos a nuestros hermanos, y salgamos adelante juntos.

NAM/Jairo Ramírez Urdaneta