miércoles 24 de abril de 2024

#Opinión ¿Se cerró el cerco? (Eleazar Díaz Rangel)

De acuerdo a estudios y a la observación de la situación de Venezuela, en Cuba parecieran estar persuadidos de que lo más severo del cerco económico que ha mantenido Estados Unidos contra nuestro país ha terminado, acentuarlo afectará directamente al pueblo y que éste reaccionará, se hará consciente de dónde vienen esas medidas. También opinan que, por ahora, habrán desechado una acción militar, que activarán, seguramente, después de las elecciones si Maduro obtiene una victoria. No lo soportarán.

Faustino Covarrubias, quien es directivo del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial de La Habana, nos suministró unas declaraciones que publicamos el viernes, y que seguramente ustedes leyeron. Allí, el académico cubano nos resume esas y otras interesantes conclusiones, sobre las cuales discrepo y coincido.

Estoy de acuerdo en que las amenazas de invasión militar que el presidente Donald Trump ha hecho personalmente en varias oportunidades, y a pesar de que actualizó hace poco el decreto de Obama según el cual Venezuela es una grave amenaza a la seguridad de Estados Unidos y a su política exterior, estarían aplazadas temporal e indefinidamente.

Las causas de ese diferimiento las he explicado en otras ocasiones: en primer lugar, la poca acogida encontrada en los gobiernos de los países de la región más propensos a seguir sus políticas, incluso a los más sumisos, como Colombia, temen que una invasión a Venezuela provocaría reacciones populares en sus países de impronosticables desarrollos y consecuencias; la segunda causa, es que en opinión de algunos oficiales estadounidenses, no hay ninguna seguridad de un éxito rápido como, por ejemplo, lo hubo cuando asaltaron Panamá para llevarse al general Noriega, creen que habrá una resistencia mucho mayor, y como alguna vez dijo Diosdado Cabello, de esos invasores se sabrá como entran, pero no como salen.

Mi discrepancia es sobre si la guerra económica llegó a su límite, acentuarla sería afectar directamente al pueblo, con efectos que serían negativos a los EE UU porque quedaría evidente su responsabilidad. Si eso fuese así, sería suponer que a Trump y sus asesores les preocupa la suerte del pueblo venezolano, sus sufrimientos. La política de Washington es implacable, su propósito es desestabilizar el Gobierno del presidente Maduro y, en lo posible, desalojarlo del poder, y mientras crea en la eficacia del cerco económico seguirán presionando por esa vía y demandarán de sus países satélites, sobretodo los vecinos, que se sumen a esa campaña. Si son capaces de promover actos de terrorismo ¿por qué no seguir con la guerra económica? Pero aguardemos el desarrollo de los acontecimientos, y ojalá los cubanos hayan acertado en su pronóstico.

Eleazar Díaz Rangel