sábado 18 de mayo de 2024

#OPINIÓN Salud para Petro (Francisco J. Arias Cárdenas)

Ha sido una mala sorpresa la que recibimos sobre el anuncio de Gustavo Petro, candidato a la presidencia de Colombia, con relación a su padecimiento de cáncer. Las aspiraciones populares en Nueva Granada para el camino al poder político, han sido difíciles.

El criterio de poder excluyente de las élites tradicionales se aferra sin miramientos a cualquier método para su permanencia. Sin consideraciones de formas, lavada la cara después de relaciones y acuerdos.  Antes con los torturadores de la inquisición, museo de terror todavía en la ciudad amurallada de Cartagena de Indias, o en  «trabajos  conjuntos» de militares, policías y políticos con los más inhumanos métodos de amedrentamiento y muerte que aplican los paramilitares.

Muchos aciertos y errores en las luchas de la izquierda en la hermana república, vistas en repetidas ocasiones por los líderes populares venezolanos. desde este lado de la patria grande como imposible. Seguramente que nos ha faltado el empeño y la claridad de Bolívar, él supo que con sólo Nueva Granada libre podría ser libre Colombia.

Cuando en algún momento de niño, un compañero de seminario le decía en un partido de fútbol al Padre Henao «maldito  Colombiano»,  éste le respondía “te maldices tú mismo porque deberíamos decirnos ambos colombianos y si es por donde nací, eres miserable porque de allí te vino la libertad”.

Para quienes nos sentimos bolivarianos y que militamos en el sueño integracionista de Bolívar, la enfermedad de Petro y el ruego por su salud, no es sólo de Nueva Granada, es de Colombia La Grande. Su trabajo y la lucha que nació a la política en el M19, con la espada de Bolívar, con la alegría y el optimismo del costeño Jaime Bateman Cayón, han puesto cerca la victoria popular en esa parte esencial de Colombia.

Desde este lado de la patria rogamos al Dios de Colombia para la salud y la fuerza de Gustavo Petro, para que logre trillar caminos de dignidad y de paz, el pueblo de Nariño, de Córdoba,  de Padilla, de Ricaurte y Girardot, el de Simón Bolívar.

NAM/Francisco J. Arias Cárdenas ([email protected])