jueves 28 de marzo de 2024

#OPINIÓN: PERNIL…O NADA (Luis Urdaneta)

Los venezolanos (y muy particularmente los Zulianos), son muy dados a las frases muy grandilocuentes, exaltar dichos y leyendas locales para elevar nuestros egos, regionalismos, nacionalismos. Es así como, hemos visto gobiernos locales hablar de la zulianidad, gobiernos nacionales impulsar planes y programas políticos fundamentados en su visión ideológica, lemas como Gobierno Bolivariano (rescatando nuestros símbolos patrios), Venezuela ahora es de todos, dando la impresión de una gran inclusión nacional.

Patria, socialismo o muerte, como un conector con las poblaciones más desposeídas para impulsar cambios en lo social, lo económico, lo político. Abrió espacio a otros de gran contenido productivo como tierras y hombres libres (con la cual se buscaba dar una fuerte lucha contra el latifundio), y finalmente una que llama al empoderamiento del pueblo y su organización comunas o nada. En este sentido siento que en los actuales momentos debemos lanzar una frase que debe retumbar en todo los hogares venezolanos y sobretodo en la época decembrina…Pernil o nada.

Sin duda que con la llegada a nuestro país de las fechas y las celebraciones más importantes de los cristianos en todo el planeta, se inician los días de mayor peregrinaje(casi un via crucis ) en busca del tan ansiado pernil para la cena navideña de nuestros hogares, todavía no se puede explicar cómo no somos capaces de producir el cerdo necesario para cubrir las demanda para estos días y debemos depender (después de sortear cualquier cantidad de obstáculos) de la importación de este rubro.

Como es posible que apenas haga 10 anos el consumo per capital en el país pasó de 3 kilos por persona a 7 kilos por persona, con una proyección de llegar a 12 kg/persona para el año 2012, llegándose a producir 20 mil toneladas anuales. si hacemos una revisión histórica de este circuito productivo pasamos de tener un rebano en 1963 de 1.643.963 hasta una cifra tope de 2.447.546 para el 2007, siendo los Estados Aragua, Cojedes, Carabobo, Miranda y
Zulia los mayores productores, sin embargo también se estima que el aumento de la demanda de carne de cerdos y la deficiencia de materia prima para la producción de su alimentación , han llevado a los criadores a sacrificar vientres( madres reproductoras)escalando esta práctica al punto que de 220.000 vientres ( estadísticas 2012), quedan cerca de 60.000 para el 2017.quizas estas sean las razones de mayor peso para que de manera progresiva se fuese desmantelando un circuito productivo que tenía el potencial de exportar los excedentes para generarle divisas al país no petrolera.

Esta incertidumbre que nos ha perseguido durante los últimos dos años de nuestra pascuas, a la hora de honrar nuestras tradiciones más antiguas, se acentúa al coincidir con fechas electorales, debido al manejo discrecional y clientelar por parte de algunos de nuestros camaradas aspirantes a cargos de representación popular, cuando usan la distribución de tan preciado producto con un mecanismo de presión para hacerse de la voluntad popular (se podría decir que pernil mata voto).

Esta reflexión nos lleva a proponer, la necesidad impostergable de relanzar un plan permanente de cría, levante y engorde de cerdos, mas allá de los decretos presidenciales para su cría en áreas urbanas y periurbanas. tenemos la infraestructura instalada, la experiencia de productores con una conducta nacionalista, comprometidos con la producción nacional, debemos cerrar filas con nuestras universidades y centros de investigación para el establecimiento de un programa de producción de materias primas para la alimentación de cerdos( alternativa a la implantadas por transnacionales), la creación de genética adaptadas a nuestras condiciones tropicales, productos para la salud animal que podamos fabricar en nuestro país, en resumen un plan con un perfil altamente nacionalista que nos permita avanzar en la concreción del sueño de soberanía y seguridad agroalimentaria tan vociferado en estas últimas dos décadas, apoyar a nuestros productores para la generación de empleo, así como su permanencia en nuestros campos , ya basta de seguir financiando ( y en dólares) a los productores de otras latitudes.

Llego el momento de acabar con la incertidumbre y el malestar que vive nuestro pueblo cuando se le promete el tan deseado pernil para finales de año, y luego de largas colas, días de espera, trifulcas entre vecinos, tráficos de influencias, atropellos de autoridades.

Finalmente solo queda la frustración y la desesperanza en sus cenas de fin de ano.

NAM/Opinión/Luis Urdaneta/[email protected]