La elección popular, libre, universal y secreta está en la base del ejercicio democrático que fundamenta la vida pacífica de los pueblos. Luego viene la participación y el protagonismo, que consagra nuestra Constitución, logros, que requieren que la voluntad ciudadana se ejerza, sin presiones, sin coacción, sin chantajes de ningún tipo.
En los últimos años se ha empeñado la oposición venezolana en calificar de dictadura al gobierno nacional, a partir de esta premisa consideran que el cambio solamente se puede dar por la vía armada con intervención extranjera, como único camino a la alternancia.
Necia y ciegamente, contra las evidencias que les muestra la realidad en múltiples espacios, especialmente el triunfo en la Asamblea Nacional del 2015, apresura, caminos no constitucionales para acceder al poder.
Este año, corresponde por mandato de la Constitución la elección para la Asamblea Nacional. Tan importante como la misma elección presidencial. De la Asamblea emanan las leyes, el poder contralor que permite revisar y sancionar las ejecutorias públicas. Escogencia de los poderes públicos. Es el órgano colegiado más poderoso de la democracia.
La sensatez debe venir y una manera de hacerlo es llamar a la voluntad de la mayoría de nuestros ciudadanos a pronunciarse como corresponde sobre los asuntos públicos. En la voluntad de la mayoría de los venezolanos hay mucha más fuerza que en 300 mercenarios, mucha más que en la flota del Caribe de los Estados Unidos.
Opositores conscientes, convencidos demócratas, han recurrido al TSJ para que decida sobre el nuevo CNE y el tribunal lo ha hecho.
Los nuevos rectores tienen la tarea de garantizar condiciones para que los ciudadanos podamos elegir en igualdad, sin presiones ni distorsiones, una Asamblea que sea reflejo real de las opiniones y el pensar de las mayorías de nuestra patria. Necesitamos de urgencia el trabajo de todos para lograr superar la difícil coyuntura presente y construir en respeto, en paz, la estabilidad y la vida mejor para nuestro pueblo. Tareas urgentes para el Poder Electoral venezolano.
NAM/FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS
