Comencemos por aclarar un poco, en forma sencilla, qué estamos entendiendo como política. Para ello nos valemos de los aportes de uno de los clásicos que han estudiado profundamente el tema, Giovanni Sartori (1984), quien distingue tres fuentes para explicar la idea de que la política es el «hacer» del hombre.
Esto es: El discurso sobre la política, que tiene que ver con la filosofía política, la ciencia de la política y el discurso común sobre la política, es decir, el lenguaje de la política práctica, que informa los comportamientos del ciudadano o del político, porque, como diría el mismo Sartori: «el conocimiento del hombre, no se puede separar del hombre de carne y hueso», es decir, de su comportamiento.
Es por esto, que está teniendo cada vez más fuerza, avanzar hacia el estudio científico de los fenómenos políticos (objetivos y subjetivos) por su alcance en la opinión pública.
Pero, insisto ¿Qué estamos entendiendo, en este contexto por política? diremos que es un sistema, donde sus procesos pueden ser ubicados en los ámbitos del Estado y sus instituciones y subsistemas, algunos de ellos son el subsistema partidista, el subsistema militar, el subsistema sindical, etcétera.
Las decisiones políticas abarcan diferentes materias, como política económica, política del derecho, política social, política religiosa, entre otras, todas adoptadas en el dominio político.
Entremos ahora en el asunto que enunciamos, es decir, los aspectos objetivos y subjetivos de la política, con el propósito de explicar el énfasis que se ha dado y se continúa dando a una de las caras de la moneda, quiero decir a algunos de los elementos de los fenómenos políticos, en detrimento de otros, lo cual debilita la posibilidad de una amplia comprensión de esto que se refiere al hacer del político.
La política práctica, o más bien la práctica política, posee elementos que están en el campo de las representaciones mentales, que existen a nivel de la conciencia, como sería por ejemplo la imagen de un partido político o de un político, los motivos de pertenencia de sus miembros, que son aspectos no observables, a los cuales se puede acceder por procedimientos basados en la introspección.
Son aspectos subjetivos, que existen y tienen sentido y significados en las vivencias, pensamientos, sentimientos…
Otros elementos poseen existencia exterior y pueden considerarse como «materialmente objetivos» porque son objeto de observación empírica, como sería el caso de una estructura gubernamental, la organización de unas elecciones, las estructuras de partidos, los mecanismos o criterios de selección de candidatos a elección popular…
En este sentido las mediciones y cuantificaciones de algunos de estos fenómenos políticos puede hacerse mediante procedimientos y métodos estadísticos, como es el caso de las encuestas, los sondeos, es decir todos estos estudios que a diario encontramos y que son realizados por firmas muy conocidas en nuestro país.
Ellos dan cuenta por ejemplo de aquellos candidatos que están punteando en las preferencia de los electores y los que no suman preferencias o las tienen muy bajas, hacen predicciones, en algunos casos bastante aproximadas a la realidad.
No obstante, los aspectos inmateriales, subjetivos, vivenciales, significativos, a los cuales se accede por métodos cualitativos, como las narrativas, las biografías, lor relatos, las historias de vida, se le da poca importancia y si acaso se incluyen algunas preguntas abiertas en las encuestas, lo hacen con el propósito de «edulcorar» los estudios. Se tienen como datos de poca validéz científica, esto debido al peso que todavía existe en la investigación social, por el llamado «método científico»
Pero, ¿Adónde quiero llegar? Quiero expresar que actualmente en Venezuela estamos viviendo un espíritu de cambios, que se sustenta en los procesos electorales que se acercan y en los cuales, los ciudadanos tenemos el derecho a participar libre y democráticamente, esto es, que los ciudadanos (electores) tengamos la posibilidad cierta de de realizar nuestra escogencia candidatural sobre la base de lo que realmente sentimos, pensamos y deseamos, esto, que subyace en las experiencias, las vivencias (en la subjetividad), sin miedo a ser objeto de persecución, amenaza de despido o cualquier otra especie de obstáculo que impida una verdadera expresión libre y democrática.
Es notorio que a nivel de la administración pública venezolana se da este tipo de amenazas, las personas lo dicen así calladito, al oído, a manera de secreto, porque se les obliga a seguir una línea política indeseada. Pero, y a pesar de las circunstancias, es bueno saber que las bondades de estos elementos subjetivos de la política es que como no son observables, sí pueden materializarse y expresarse contundentemente en el acto de votar. Invitamos a los conciudadanos a hacer valer los aspectos subjetivos de la política porque existen y tienen tanta validez como las tablas, los números, las estadísticas...
NAM/Carmen Rosa Blanco/Educadora
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