viernes 26 de abril de 2024

#OPINIÓN || La verdad ó las verdades: Un beve recorrido por las tradiciones navideñas || Dra. Carmen Rosa Blanco

El término “tradición “puede aplicarse a distintas áreas o aspectos de la vida humana. Expresa los distintos modos, o maneras, socialmente aceptadas, de hacer las cosas que son convenientes porque es necesario preservar en el transcurrir del tiempo y que se trasmiten de generación en generación. Esta palabra -tradición- proviene del latín “Tradittio”, del verbo “tradere” que significa “trasmitir” “entregar”.

Ahora bien, ¿Qué es lo que se trasmite generacionalmente? Pueden ser costumbres, usos, pautas de convivencia y conveniencia, ya sea en lo religioso, en lo jurídico o en lo cultural, “Un modelo mental heredado”, o como diríamos ahora, un paradigma, una matriz epistémica que se preserva por un tiempo.

Algo así es lo que ocurre con las tradiciones navideñas. Estas han pasado a formar parte de la identidad social, de las creencias. Así tenemos tradiciones específicas, particulares, regionales, locales, compartidas entre comunes.

Las tradiciones comportan rituales, costumbres y prácticas entre los diversos grupos y sociedades humanas culturalmente determinadas por creencias heredadas.

Existen tradiciones ya institucionalizadas y practicadas universalmente. Nos detendremos específicamente en algunas creencias y tradiciones heredadas y aceptadas provenientes de la religión cristiana.

Comencemos diciendo (según las fuentes documentales consultadas) que la palabra “Cristo” es de origen griego, de la voz “christòs” que significa “ungüento” “aceite para ungir, para untar”, “el que ha recibido la unción con aceite”. La traducción del hebreo al latín es “christus”, título que fue dado a Jesús de Nazaret porque fue considerado como “el Mesías”, el hijo de Dios, por sus seguidores, una vez iniciado en sus labores de enseñanza y predicación. Esto según lo interpretado En los Evangelios de Mateo y Lucas en el Nuevo Testamento.

Lo que dice la tradición iniciática, según el filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, Maestro Omraam Mikhael Aivanhov (1989) es que las fiestas de la navidad y de la Pascua que se celebran cada año en toda la cristiandad para conmemorar el nacimiento y la resurrección de Jesús, “Se inscriben en una larga tradición iniciática muy anterior a la era cristiana”. Dice el Maestro que “…estos eventos corresponden a fenómenos cósmicos: “Solsticio de Invierno” y “Equinoccio de Primavera” y, que el ser humano, al formar parte del cosmos, participa íntimamente de los procesos de gestación y de manifestación que se desarrollan en la naturaleza”

En la tradición cristiana, Jesús nació el 25 de diciembre en la medianoche, momento en el cual la Constelación de virgo asciende en el horizonte.

No obstante, existe desacuerdo sobre la fecha de nacimiento de Jesús. Esta discusión no es tema a desarrollar en este momento. Lo que sí nos interesa resaltar es que en esta fecha (25 de diciembre, en la naturaleza tiene lugar el nacimiento del principio Crìstico, es decir de la luz, la energía y el calor que parecen transformarlo todo.

Ciertamente, durante esta época del año todo resplandece. Si prestamos atención veremos que es un tiempo distinto, más fresco, más brillante, más sonoro, las estrellas titilan en el esplendoroso cielo. Es un brillo hermoso que nos invita a cantar, a bailar y a decorar de manera espacial el ambiente que nos rodea: Verdaderamente podemos decir una verdad: Cristo nace realmente en el universo. Es un acontecimiento cósmico más que histórico.

Pero, esto maravilloso que ocurre en la naturaleza, también debe manifestarse en cada vida humana como principio de luz y amor divino. Eso es el nacimiento de Jesús, un acontecimiento místico.

Mucho se oye hablar también y practicar rituales sobre “el espíritu de la navidad”. Hay quienes se lo representan con una simbología muy particular, que ha sido impuesta por la sociedad de consumo. Una figurilla que se supone llega a cada hogar el 21 de diciembre. Esta fecha no es más que el inicio del Solsticio de invierno, que ocurre en el hemisferio norte, cuando la naturaleza se prepara para la siembra y para el cultivo. Una siembra y un cultivo que debe ocurrir también en las personas para recibir el Cristo.

No estamos obligados a creer en todas estas cosas, si estamos obligados a indagar y documentarnos para no permanecer en la oscuridad. Pero sí estamos obligados a respetar las distintas creencias de las distintas religiones y personas y a no creer que poseemos la verdad. Porque como referimos en el título de este artículo: “No existe la verdad, también las verdades”.

NAM/Dra. Carmen Rosa Blanco/Profesora Emérita LUZ

Síguenos en nuestras redes sociales para que tengas toda la ¡INFORMACIÓN AL INSTANTE!

Visita nuestro sitio web:

https://noticiaalminuto.com/

Twitter:

https://noticiaalminuto.com/twitter

Instagram:

https://noticiaalminuto.com/instagram

Telegram:

https://noticiaalminuto.com/telegram

Grupo de WhatsApp:

https://noticiaalminuto.com/whatsapp