El término unidad, proviene del latín «unitas» y designa la calidad de lo que es único e indivisible. La unidad se refiere a aquello que se considera de forma individual. También puede significar el valor humano de mantenerse unido y solidario con otros grupos de personas. Hoy, más que nunca, es fundamental reconocer el valor de la unidad en todas las áreas de conocimiento y sectores sociales, debido a la necesidad que tenemos de lograr nuestros objetivos y metas, creando puentes de unión para la sana convivencia social, humana y espiritual.
En Venezuela específicamente, la unidad es necesaria y en eso debemos concentrar nuestra energía, pensamiento y acción, dejando muy claro hacia dónde queremos llegar. En este sentido los venezolanos estamos llamados a unir fuerzas, porque, según se percibe en el ambiente social y cotidiano, tenemos una visión compartida, esto es: Queremos un cambio político en nuestro país. Estamos saturados hasta el cansancio, de más de dos décadas de un mismo discurso y poco cambio prometido. De allí que la visión compartida es vital para los venezolanos. Tenemos que unirnos como hermanos de un mismo territorio y de una misma cultura.
La idea divisionista de venezolanos buenos y malos, patriotas y apátridas, es inútil, solo ha servido para fomentar el odio, el irrespeto y la descalificación. Todos los venezolanos en este momento somos importantes. Las ideas, las opiniones, los deseos de mejorar, todo eso es un sentimiento generalizado, en algunos casos reprimido por temor a manifestarlos a viva voz, pero son ciertos.
Todos los venezolanos, o la gran mayoría, necesitamos más o menos lo mismo: Empleo bien remunerado, salud integral, servicios públicos eficientes, unidad familiar, recreación, instituciones sólidas, educación actualizada a los nuevos retos, profesionales óptimamente preparados para resolver problemas prácticos y poder gozar de paz y tranquilidad… esto sólo es posible mediante la unidad. «No existe nada en el universo (O multiverso), que no esté relacionado en una correlación infinita. Todos los eventos están inter-relacionados como en una gran red. Todos formamos una unidad en una sincronía asombrosa…»Somos parte de ese universo.
Ahora bien, hablamos de la unidad como herramienta política, unidad de objetivos y metas, factor profundamente cultural e identitario, un elemento muy poderoso en los procesos transicionales. En el campo político la unidad se ejerce en el dominio de la sociedad civil. Esto se refiere más específicamente a aquellos individuos aptos para la toma de decisiones de carácter político y en este caso, es esa la unidad que necesitamos y a la que hacemos referencia en este artículo, esa que puede conducirnos a cambios políticos mediante el voto.
Pero está muy claro, cuando hablamos de unidad, que ésta no se reduce a que un grupo de partidos o líderes políticos “se unan” en torno a una causa, lo cual también es necesario, aquí la verdadera unidad es fundamentalmente idiosincrática, racional, tradicional. Es la convicción colectiva de un valor común de conveniencia y confianza en torno al cual grupos de representación se unen para luchar y sobrevivir. Esto es necesario y lleva a algunos líderes a apartar sus intereses particulares y sus ansias de poder, a pensar y a disernir y a desprenderse de aquello, para sumarse voluntaria y concientemente al espíritu unitario de hoy.
La unidad es Poder. Este poder se constituye con el consentimiento que da el ciudadano a través de su voto, garantizado por una ley electoral. Con estos instrumentos, la ley y el voto, se adquiere poder político, cuya finalidad es promover el bien común que tiene un contenido ético. El peligro del poder político, reside en la utilización de la pura fuerza, cuando se sale del marco de la ley. De esta manera el poder, una vez adquirido, puede transformarse en un abuso, en manos de un grupo o de una persona, lo cual genera la reacción de la sociedad civil contra del abuso del poder.
¿Porqué la unidad política es necesaria? – porque estamos ante una lucha desigual con el oponente, quien posee todos los medios técnicos y tecnológicos, los recursos y la fuerza. En estas circunstancias la unidad política es la opción. los líderes beben convocar y practicar el arte de unir, con creatividad, inteligencia e iniciativa, traduciendo, de esta forma, la unidad en poder.
NAM/Carmen Rosa Blanco/Educadora
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