A todos los escucho hablar de democracia, unos dicen «vamos a recuperar la democracia» otros dicen «hay democracia» y algunos si quiera saben lo que es, pero la encuentras en las palabras de muchos, y el accionar de pocos, sin, si quiera estar consciente, o bien, haciendo caso omiso al hecho de que los cimientos de esa democracia tan anhelada están únicamente en nuestras manos.
Nos quejamos por nuestros gobernantes y allí están por la falta de coraje de muchos y la complicidad de otros a quienes solo escuchar esa palabra les causa una alergia terminal, porque saben que para que haya tal, tienen que doblegar sus egos y aspiraciones de grandeza a la voluntad de los ciudadanos.
Para que haya democracia la participación ciudadana no es importante, es obligatoria dentro de los asuntos políticos de una nación. Para la Organización de las Naciones Unidas»(ONU) La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público» (artículo 21.3), además de ser garante de la «realización efectiva de los derechos humanos».
Son los ciudadanos quienes en conjunto a la clase política forman los cimientos de una democracia, conviviendo y convergiendo dentro de un mismo sistema donde dialogan para establecer una república fuerte, en la cual exista igualdad de condiciones, así como inclusión y participación de la ciudadanía, no solo en apariencia sino en acción.
Para la ONU la democracia es una calle en doble sentido dónde la clase política y la sociedad civil mantienen un constante diálogo, mismo, que debe tener influencia real en las decisiones políticas.
La Constitución Venezolana lo demanda en diversos artículos como un deber, el participar en los asuntos públicos y políticos del país, es por ello que para que empiece a haber democracia en Venezuela los venezolanos debemos entender que empieza por reconocer el deber que tenemos con el mismo, hacernos responsables, empezando con la participación cívica activa, sin dejarle el timón a otros. Es hora de ser coherente y tomar acción.
NAM/Maglin Caridad
(Periodista)
