miércoles 8 de mayo de 2024

#OPINIÓN «Inventar bien» (Francisco Arias Cárdenas)

El invento, la inventiva, la creación que parte de ideas innovadoras, para convertirse con trabajo en obras, en objetos y circunstancias que ayudan a mejorar la existencia humana, son la base esencial para el avance de pueblos, de sociedades.

Las ideas innovadoras son muchas veces rechazadas, condenadas y hasta castigadas con crueldades. Esa es la historia de los grandes descubrimientos de la humanidad y de las pequeñas iniciativas del ama de casa para mejorar su sitio de vida, su espacio diario en el hogar.
Recién leímos de la captura de algunos ingenieros y autodidactas que procesaban combustibles artesanalmente extrayendo el petróleo ligero de tuberías. Los presentaban como un logro de la “autoridad” esposado y amenazado por conseguir resolver con riesgo de su vida una carencia que está causándonos hambre y miseria a muchos hermanos.
Uno piensa que deberían estar esposados y presentados los que uniformados matraquean y revenden el combustible escaso. Posiblemente aquella experiencia angustiante, de los refinadores informales, podríamos elaborarla y tecnificarla para ayudar a resolver las dificultades por la falta del carburante.
Inventar con verdadero sentido de oportunidad, pensando en el interés colectivo es una obligación que nos salva en medio de dificultades. De inventar constantemente, con sentido responsable, con audacia sin temeridad y sin cobardía, es el pan diario de cada revolucionario. Nos corresponde aplicar la inventiva para levantar la economía y los servicios públicos en medio de la grave situación de nuestro pueblo. No es bueno ejemplificar con ejecutorias propias, que otros deben juzgar.
Sin embargo, merece recordar algunos ejemplos; el programa para evitar el bachaqueo en sus inicios, fue una invención que sorprendió algunos compañeros, se sintieron sus efectos y fue luego comprendida, incluso imitada en otros estados.
El programa de importación de alimentos de la dieta diaria desde Nueva Granada, tenía una razón, criticada por muchos. No obstante, surtió su efecto en el momento. Cierto que puede haberse dado viveza por algunas personas, pero al final, valía la pena correr ese riesgo, siempre alertas y con la disposición para corregir.
Cuando se inició la Gran Misión Vivienda Venezuela, entonces con responsabilidad regional, desarrollamos, con apoyo de arquitectos e ingenieros zulianos, métodos constructivos que fueron exitosos, aprobados por el órgano de vivienda nacional y reproducirlos en otros estados. El modelo de casa para reemplazar rancho por vivienda digna, el sistema de un ingeniero por diez casas, permitieron avanzar con la mayor velocidad y efectividad de Venezuela.
Finalmente el sistema de tetra módulos. Recuerdo los métodos caseros para hacer los primeros tetras en Sabaneta, casi a mano limpia, con la capacidad y dedicación del ingenio venezolano. El último desarrollo lo dejamos hace 4 años en 95% de avance. Es el Francisco Delgado para funcionarios públicos y especialmente para policías regionales. Se nos dice que va a reactivarse y entregarse. Eso nos alegra y nos recuerda el dicho “más vale tarde que nunca, compadre”.
NAM/Francisco Arias Cárdenas