viernes 3 de mayo de 2024

#OPINIÓN || ExxonMobil y Guyana usan el petróleo venezolano para frustrar acuerdos Opep || Werther Sandoval

La ExxonMobil y Guyana usan el petróleo venezolano de nuestra Venezuela fundadora de la Opep para socavar los esfuerzos logrados y por lograr de la Organización para concretar precios y volúmenes de producción, que beneficien tanto a las naciones productoras como consumidoras de crudo.

El reciente titular de un reportaje fechado el pasado 23 de noviembre por el medio elEconomista.es, así lo indica: “El petróleo se amontona en Europa ante la llegada masiva de buques rebosantes de crudo de EEUU y Guyana”.

“Hoy el problema de Europa es qué hacer con tanto petróleo. El crudo no ha parado de fluir desde EEUU y Guyana hacia el Viejo Continente, a la vez que el consumo se ha ido reduciendo ante la desaceleración económica de Europa. Ahora, el petróleo está por todas partes”.

Narra que Guyana (un país de 800.000 habitantes) está enviando a Europa el 63% de todo el petróleo que exportó en los primeros seis meses de 2023, con un ritmo diario promedio de 215.000 barriles por día, según datos de Refinitiv Eikon citados por Reuters.

El incremento del petróleo venezolano enviado por Guyana al mercado internacional está restando, de esta forma, efectividad a los acuerdos alcanzados por la Opep, tras no menos laboriosas negociaciones entre sus 13 miembros, en las cuales participan otros 10 países productores no miembros de la Organización.

La Opep+ había llegado al compromiso sobre el reparto interno de la cuota de producción a partir del 1 de enero de 2024, que dejará en 40,46 millones de barriles diarios (mbd) la oferta total del grupo.

Sin embargo, las últimas acciones de la Opep no han surtido el efecto deseado de elevar el precio del crudo a más de 80 dólares el barril. Las diferencias internas provocaron que la reunión del Organismo prevista para el 25 de noviembre de este año, fuera pospuesta para el próximo 30.

En este contexto, el petróleo venezolano lanzado por la ExxonMobil al mercado internacional se ha sumado al significativo incremento de la producción de Irán, que al igual que Libia y Venezuela, por causa de medidas coercitivas de EEUU, no están sujetos al régimen de cuotas de la Opep.

China ha comprado una media de 1,05 millones de barriles de petróleo iraní diarios desde enero hasta octubre de este año, según datos de Vortex citados por Reuters. Este caudal es 60% más que en 2017, cuando se alcanzó el récord de compra de crudo de Irán por parte del país asiático.

El panorama se torna más crítico pues un informe de la Agencia Internacional de Energía, AIE, que representa los intereses de los países industrializados consumidores de crudo, dice que poco a poco, EEUU, Brasil y Guyana están comiéndole cuota de mercado a los países de la Opep+.

“EEUU ha sido desde 2014 (cuando comenzó el boom del fracking y del shale oil) la gran amenaza para la Organización y poco a poco otros países van sumándose a la potencia norteamericana, como es el caso de Guyana, que producirá para 2027 alrededor de 1,2 millones de barriles diarios”.

De hecho, EEUU se ha adelantado con un suministro total de petróleo en octubre pasado de 19,8 mb/d, casi tanto como Arabia Saudí y Rusia juntos, dice la AIE.
La conducta de la EzzonMobil y de Guyana afecta los ingresos de Venezuela. El reporte semanal de la Opep informa que la cesta petrolera venezolana ha caído desde 75,5 dólares fijado el 15 de septiembre, a 66,5 dólares, una baja de 12%. En lo que va de año el promedio se ubica en 62,6 dólares.

Los precios se alejan así de las aspiraciones de la Opep+, a pesar de que en octubre de había decidido mantener vigente tanto el recorte de dos millones de barriles diarios, aparte de las reducciones voluntarias anunciadas el pasado abril de este año por un total de 1,66 millones de barriles.

Y aún cuando por precios más bajos del petróleo recibe menos ingresos, el Imperio de la ExxonMobil no para de ganar. Entre enero y junio de 2023 facturó 169.478 millones de dólares, un 17,8% menos que hace un año, cuando obtuvo 206.181 millones por efecto de las altas cotizaciones de petróleo y gas causadas por la guerra en Ucrania. Sus ganancias fueron de 7.900 millones.

El año clave de contratación de abogados para cogerse el Esequibo, 2022, facturó 398.675 millones de dólares y ganó 55.740 millones de dólares. La vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, demostró que la empresa financia al bufete jurídico de Guyana. Ese año le pagó 18 millones de dólares, apenas 0,03% de sus beneficios.

Las evidencias indican que la voracidad crematística del presidente de Guyana, Irfaan Ali, es inconmensurable. Puede cometer una locura superior a las ya cometidas.

Según la investigación realizada por José Rafael G., titulada “El Petróleo en la controversia territorial por la Guayana Esequiba”, publicado en Financial Crime Investigations, la pretensión de los gobernantes de ese país es obtener soberanía sobre la fachada atlántica de la zona en reclamación, espacio donde según el Servicio Geológico de EEUU, USGS, en su providencia 6021 de 2000, se halla que la cuenca Guyana-Surinan, la segunda más atractiva de las no exploradas del mundo.

“Allí hay entre 15.200 y 41.800 millones de barriles equivalentes de petróleo. Las prospecciones de la USGS señalan un potencial de 117 campos petroleros con mas de un millón de barriles, 24 con mas de 24 millones y 6 con más de 500 millones”.

La investigación de Financial Crime Investigations concluye que Guyana busca legitimar la entrega de concesiones a transnacionales petroleras en un área de 137.765 km2, sobre las cuales hace reservas de soberanía, pero donde más de 2/3 corresponden a la zona venezolana en reclamación.

Además, precisa la investigación que incongruentemente Guyana extiende su pretensión a 78.311 km2, sobre los cuales Venezuela tiene una reserva incontestable como parte de la soberanía deltana, violando así el criterio asumido por ella misma en la Convención de la ONU sobre el Mar Territorial, que exige que la delimitación marítima entre dos Estados con costas adyacentes debe hacerse a partir de una línea equidistante.

Ya en su prontuario la ExxonMobil acumula casos como el de 1989, el año de la catástrofe de su petrolero Exxon Valdez frente a las costas de Alaska. La compañía encabeza una coalición de multinacionales destinada única y exclusivamente a negar el cambio climático, para lo cual paga a Global Climate Coalition, un leviatán del lobismo y las relaciones públicas.

Desde ya, los indicios apuntan a que los gobernantes de Guyana junto a la ExxonMobil desean adueñarse de espacios de Venezuela no incluidos en la zona en reclamación.

NAM/Werther Sandoval

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