viernes 19 de abril de 2024

#OPINIÓN Entreveo (Enrique Parra)

El origen de los modelos socioeconómicos distribuidores de injusticia y desigualdad social, empobrecedores de las sociedades dependientes y “subdesarrolladas” en el mundo y específicamente las de América Latina, se ubica en el año 1944 cuando los países victoriosos de la II guerra mundial fundamentalmente Inglaterra, EEUU y Rusia protagonizan la Conferencia de los Aliados en la localidad vacacional estadounidense de Bretton Woods, donde conciben las reglas del desenvolvimiento comercial, monetario y financiero del nuevo orden económico mundial que impusieron, desde entonces hasta ahora, a la mayoría de países negociados y repartidos entre los nuevos centros de poder del mundo de la postguerra, a partir de las Conferencias llevadas a cabo en las ciudades de Yalta y Potsdam, (1943-1945).

De las secuelas de la mencionada Conferencia nacen el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la hegemonía del dólar logrando EEUU hacerse del control monetario; lo que permitió que el dólar insurgiera como la moneda de referencia mundial, para todas las transacciones comerciales y financieras en la comercialización internacional.

Se echan las bases para desarrollar a sangre y fuego, el modelo de crecimiento del capitalismo triunfador conocido como el neoliberalismo, al cual se le imprime sobremarcha a finales de los años 80 con las devastadoras medidas económicas, establecidas en el famoso Consenso de Washington.

En consecuencia, EEUU se cierne como el imperio emergente doblegando y controlando por cualquier método – invasiones armadas – a los países satélites dependientes. Geoestratégicamente lo hace con América Latina promoviendo, instaurando y amparando dictaduras oprobiosas, para imperar sobre esos gobiernos dóciles a sus voraces intereses económicos.

Hoy por hoy, las oligarquías latinoamericanas sumisas y subyugadas a los designios del hegemon yanqui, intentan imponerle a sus pueblos desde sus pseudo democracias, los cánones económicos y financieros del Banco Mundial, así como, las “recetas” macroeconómicas del FMI; sin importarles las injusticias, desigualdades sociales y el estrangulamiento económico de las inmensas mayorías de los pueblos excluidos y pauperizados históricamente, por la hipotecada dominación oligárquica en Latinoamérica, durante los últimos 200 años.

A pesar de la tragedia, aflora la esperanza, los pueblos latinoamericanos con cada vez mayor consciencia de sus propias realidades sociales, capaces de reconocerse, comprender su entorno sociopolítico, juzgar sobre sus auténticas necesidades y expectativas de vida humana son capaces como lo están demostrando, de activar su fuerza y liderar la lucha popular necesaria en función de sociedades más justas, equitativas y de bienestar colectivo. He allí, la causa de lo que acontece en el Sur. El Norte de la lucha de los pueblos del mundo, sigue siendo el Sur.

NAM/Enrique Parra (Sociólogo)