viernes 29 de marzo de 2024

#OPINIÓN ‘A propósito de la novena estrella’ (Dra. Ligia Berbesí de Salazar)

Hoy como muchos zulianos celebramos la propuesta de la Novena Estrella para nuestro símbolo patrio. Propuesta que no es reciente, tiene sus orígenes en la diversidad de debates y reflexiones que en el campo de la historia y del mundo académico se han presentado en distintos escenarios públicos y privados. Es justo reconocer el llamado de atencion que el recordado Dr. Agustín Millares Carlo hacía a sus estudiantes de historia, “El Zulia también tiene su historia, el Zulia también participo en la Independencia de Venezuela”. Igual, son innegables los valiosos aportes que al respecto han hecho desde el Centro Histórico de nuestra Alma Mater, todo un equipo de historiadores liderados entre otros por el Dr. Germán Cardozo, Rutilio Ortega y Belin Vásquez, Betilde Nava e Ileana Parra. Más reciente esta Escuela de historiadores cuenta con los aportes de Arlene Urdaneta, Mazula Atencio, Zulimar Maldonado y esta servidora entre otros.

Desde estos aportes a propósito de la celebración de los 196 Anos de la “Incorporación de la Provincia de Maracaibo al Proyecto Bolivariano”, quien escribe estas líneas propuso como Directora del Acerco Historico del estado Zulia en Noviembre del 2017, al gobernador del estado Comandante Francisco Javier Arias Cárdenas, solicitar ante el Ejecutivo Nacional la NOVENA ESTRELLA, para nuestro símbolo patrio, en reconocimiento de los significativos e invalorable  aportes de la tierra por el Sol Amada a la gesta libertaria de la Patria Grande. Proyecto que por razones por todos conocidas no se concretó.

El derrotero andado necesariamente nos remite a una profunda reflexión en torno a quiénes somos y de dónde venimos y  a la oportunidad de afrontar los retos que las actuales luchas anticoloniales y anti imperiales nos imponen. Transitar por los senderos de la patria, hecha pueblo, es una necesidad eminente para no someterla a los devaneos y a los caprichos de quienes han pretendido desmemoriar a todo un pueblo.

Hoy, nuestra gesta libertaria nos ha colocado frente a un compromiso con el hombre y con la historia. La organización  del Estado soberano, independientemente de los acuerdos y los desacuerdos manifiestos, nos ha trazado el camino a seguir, y en él los dispositivos simbólicos institucionalizados a partir de sus significados colectivos son referentes identitarios fundamentales de concienciación patria y de sus valores: unión, paz, trabajo, justicia, solidaridad. Es decir, garantizar colectivamente la identificación y pertenencia de todos a una misma “Patria” y a una misma “Nación”.

Una vez declarada la Independencia de Venezuela, el 05 de julio 1811 y proclamada la Primera República,  el tricolor patrio nacional flamea por vez primera el 14 de julio de 1811 en la plaza Mayor de Caracas, hoy plaza Bolívar. Era el mismo tricolor que Miranda había hecho ondear en 1806 en Jacmel, en La Vela de Coro.

Este símbolo patrio en 1817 durante el gobierno federal lucio  por vez primera siete estrellas azules en la franja amarilla, para simbolizar a las siete provincias que constituyeron la federación en 1811. El Libertador Simón Bolívar por decreto de 20 de mayo de 1817, en la ciudad de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, dispuso que a las 7 estrellas se agregase otra, que simbolizaba a la recién libertada Guayana. Decreto que la desmemoria dejo solo en el recuerdo y en la añoranza. El Presidente bolivariano Hugo Chávez se encargo en el 2006 de hacerlo realidad. Hoy por razones estrictamente históricas nuestro tricolor patrio exhibe en la franja azul la octava estrella, símbolo del espíritu bolivariano de unidad de los pueblos en el contexto de la refundación de la república.

En y desde estas significaciones el Zulia  hoy con argumentos históricos basados en sus aportes materiales y simbólicos a la construcción de la patria unida, independiente, libre y soberana  solicita en derecho y justicia ante la Asamblea Nacional la estrella merecida. “La Novena Estrella”. Razones históricas justifican esta propuesta, aquí solo quiero destacar la que hoy nos ocupa: La declaratoria libre y soberana del pueblo y cabildo de Maracaibo del 28 de enero de 1821, en la que Maracaibo tal como reza el Acta del Cabildo, se declara al pueblo de Maracaibo:

  … libre e independiente del Gobierno Español… y en virtud de su soberana libertad se constituye en República democrática y se une con los vínculos del pacto social  a todos los pueblos vecinos y continentales, que bajo la denominación de República de Colombia defienden su libertad e independencia,…

Los hechos ocurridos en Maracaibo y su jurisdicción provincial el 28 de enero de 1821 desencadenaron  en el pronunciamiento definitivo de anexión al proyecto de unidad e integración bolivariano de la ciudad portuaria y su ruptura con el realismo hispano. Una mirada a estos hechos nos devela la acción de un colectivo hecho pueblo que en justicia reclamaba su derecho a liberarse de la opresión y de la injusticia, su derecho a tener historia. De igual manera, la valía de las acciones y aportes del zuliano Rafael Urdaneta al logro del pronunciamiento del cabildo de Maracaibo a favor de su independencia de España y su incorporación Colombia la Grande.

En común acuerdo el general Rafael Urdaneta, al mando militar y logístico de la operación, el Gobernador provincial Francisco Delgado, Don. Domingo Briceño, Teniente Corregidor y Auditor de Guerra y Don Juan Evangelista González, gobernador de Gibraltar y un grupo de oficiales y miembros del cabildo local interesados en la anexión, convocan a cabildo abierto el 28 de enero de 1821, y se logra la incorporación del Estado-provincia de Maracaibo a Colombia.

La sagacidad, conocimientos políticos y capacidad estratégica de Rafael Urdaneta claramente demostrada con los acuerdos que finalmente se logran entre el 25 y 26 de noviembre de 1820, para la firma de los Tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra, indican ya el invalorable compromiso militante de Urdaneta a favor del pronunciamiento definitivo de enero de 1821. Sin duda Urdaneta, activo la rebelión de lo que él llamaba su patria, Maracaibo, contra el gobierno español.

Esta trascendental decisión política de Maracaibo y su provincia, es un aporte invalorable al devenir de la república; para muchos y la historia lo ha demostrado esta acción es el preámbulo del posterior triunfo militar en Carabobo y el éxito jurídico del Congreso de Cúcuta de 1821. En adelante, las aguas del Lago de Maracaibo facilitarían las acciones que llevarían al triunfo de la escuadra colombiana en aguas del Lago de Maracaibo y la eminente Capitulación de Francisco Tomas Morales, máxima autoridad real en Venezuela  el 03 de agosto de 1823 y la victoria del ejercito libertario en el sur en 1824, para sellar definitivamente nuestra independencia americana del yugo español.

A su vez, queda demostrado que no se trata de la Independencia del Zulia, en y desde los significados y referentes que hoy el proyecto separatista de la oposición venezolana, como herramienta del Imperio, ha pretendido imponer. Es la aceptación del acuerdo bolivariano de incorporar la Provincia de Maracaibo, al  pacto social que reclama la construcción colectiva de una república libre, soberana  e independiente en el uso y goce de su libertad en correspondencia con el ideal bolivariano de unidad e integración.

En la complejidad política del momento este acuerdo significó el derribe definitivo del realismo hispano, y en consecuencia, el tránsito hacia la consolidación del gran Estado republicano de justicia y bienestar  bajo la premisa de la libertad y unidad de los pueblos latino- caribeños, ideal de nuestros libertadores.

En definitiva, este hecho no fue circunstancial, mucho menos espontáneo; todo lo contrario, fue el producto de la realidad política de una época que reclamaba la decisión de un colectivo, que desde diferentes espacios de acción y de opinión manifestaba ya la necesidad de liberarse del poder español. En todo caso, este hecho marca para Maracaibo y su provincia el comienzo de la vida republicana con todo lo que ello implica. Es decir, lucha, libertad, soberanía, justicia social, la felicidad del pueblo y su bien común.

Además, el agrupamiento de fuerzas e intereses en torno a este pronunciamiento ratifica una vez más, la importancia geopolítica y geoestratégica de Maracaibo y su provincia para el colectivo de una nación, de la patria grande, de la América unida y soberana.

Finalmente, quiero destacar el aporte del Zulia a las campañas libertadoras que la prosa del insigne poeta zuliano Udón Pérez recogió en una de las estrofas de nuestro himno regional “Sobre Palmas”

“En la defensa olímpica/de los nativos fueros,/tus hijos sus aceros/llevaron al confín;/ciñendo lauros múltiples/los viste con arrobo,/del Lago a Carabobo,/del Ávila a Junín;/y en Tarqui y Ayacucho/vibraron su clarín.”

Ligia Berbesí de Salazar

Historiadora

NAM