La importancia del tema de manejar cifras en un gobierno se ha convertido en un elemento de vital importancia para prevalecer en el poder y garantizar que las políticas aplicadas hayan funcionado. En Venezuela, la transparencia del estado ha estado ausente en los últimos años en temas de economía, salud y políticas claras, pero de igual manera ocultar la información no cambia la realidad de los hechos.
El economista Omar Zambrano, durante una entrevista con Román Lozinski, especifico que “Hay que educar al público sobre la importancia del manejo de las cifras como instrumento de medición de una política pública, principalmente económica. El ejercicio de los gobiernos se ha convertido en un ejercicio de gestión inteligente, muy apoyados en decisiones basadas en la evidencia. Implementan las políticas, miden los resultados y hacen públicos y transparente estos resultados y eso es lo que debería hacer nuestro gobierno”.
De acuerdo con las palabras de Zambrano, esto permite al público evaluar la gestión del gobierno para poder saber por dónde va y que se está haciendo bien y que no. Cuando existe la opacidad y el hermetismo, obliga a la sociedad a buscar datos por otro lado, muchas veces no tan precisos: “La producción no es un problema específico de los analistas o investigadores o economistas; es un problema de transparencia hacia la sociedad y es la única forma de evaluar las políticas públicas”.
Zambrano precisa que “el Estado venezolano está en mora en muchísimos aspectos de sus cifras (…) Las cifras macro económicas del Banco Central de Venezuela (BCV) se dejaron de publicar efectivamente y oportunamente. Básicamente eran todas las cuentas nacionales y las estadísticas de precio. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dejo de publicar muchas de las cifras que producían, en particular todas las cifras para medir el crecimiento socioeconómico del país”.
Actualmente han surgido diversas alternativas, algunas más transparéntenles que otras. “Definitivamente la sociedad busca ese faro, esa luz que le ayude a tomar decisiones sobre el futuro y cuando no se tiene instrumento de navegación para tomar decisiones, se toman decisiones desacertadas”, advierte el experto.
Cualquiera que se a la situación, el no compartir datos no oculta la realidad. El Estado debe tener la responsabilidad de compartir todos los datos, especialmente cuando son malas noticias, porque encubrir el fracaso se traduce en falta de credibilidad y ya la población pierde la confianza en cualquier decisión que tome el gobierno de turno.
NAM/Eileen Medina
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