La octava edición de la Copa Mundial Femenina ha sido descrita como la más importante de la historia y comienza en París este viernes. El torneo promete ser el mejor hasta ahora.
Nunca antes ha habido tanta riqueza de talento o tantos aspirantes al título y, tal vez, nunca antes el futbol femenino había tenido tal plataforma. La competencia de cuatro semanas en Francia ofrece una oportunidad para cambiar de actitud, para darle un impulso a la igualdad.
Establecido en 1991, inicialmente como el Campeonato Mundial de la FIFA para el futbol femenino para la Copa M&M, solo después del torneo en China, la FIFA, el órgano rector del deporte, permitió que se la llamara Copa Mundial Femenina en sus inicios.
Pero hay una sensación de que Francia 2019 podría ser un punto de inflexión. Veinte años después del récord mundial de la Copa Mundial Femenina de 1999, que impulsó el juego de las mujeres a una conciencia más amplia, el mes próximo ofrece una oportunidad no solo para construir sobre esas bases, sino también para superar los logros de las pioneras de 1999.
Las estrellas globales surgirán en el transcurso de los 52 juegos con una audiencia más grande que nunca y que contará también con más países participantes que nunca para competir por el prestigioso premio.
La capacidad de los estadios en Francia significa que el récord de 90,185 aficionados que asistieron al Estados Unidos vs China en 1999 (un récord para un evento deportivo femenino) tal vez no sea superado, aunque las cifras de televisión para Francia 2019 se pondrán comparar con la Copa Mundial Femenina de 2015, que atrajo a una audiencia global de 750 millones de televidentes.
En abril, la FIFA dijo que las ventas de boletos eran «récord». El partido inaugural en el Parc de Princes y las semifinales y finales en el Stade de Lyon se agotaron en las 48 horas posteriores a la venta.
Tal es la atención en el torneo, que deja a las exjugadoras deseando poder jugar de nuevo. Para quienes crecieron en un mundo donde las jóvenes luchaban por encontrar equipos, la tasa de progreso en los últimos años ha sido una sorpresa.
Kelly Smith, considerada como la mejor futbolista que ha jugado para Inglaterra, con 117 apariciones desde 1995 hasta 2014 dice que «ha sido una revelación, solo la atención que está ahora en el futbol femenino».
La Vanguardia
