jueves 28 de marzo de 2024

¡NOCHE CONVULSA! Militares y policías patrullan Bogotá, que se repone de insólito toque de queda

Bogotá se recuperaba con tranquilidad este sábado de su primer toque de queda en cuatro décadas, decretado por disturbios surgidos de una masiva protesta contra el gobierno de Iván Duque, quien ordenó que militares y policías continúen patrullando las calles de la capital colombiana.

Soldados recorrían a pie, en tanques blindados y en motocicletas algunos puntos del centro y del sur de la ciudad, donde el viernes se presentaron altercados que dejaron casi 300 detenidos.Por los mismos sectores circulaban en calma policías y escuadrones antidisturbios.

«Ese patrullaje es necesario pero además se hace para darles a los ciudadanos tranquilidad y presencia», dijo Duque, tras afrontar jueves movilizaciones de cientos de miles de colombianos en rechazo a sus políticas económicas, sociales y de seguridad.

Cerca de 13.000 uniformados custodiaron la ciudad mientras rigió la prohibición de circular, desde el viernes a las 21H00 hasta el sábado a las 06H00, la primera desde 1977 cuando se ordenó por otro gran paro nacional.

El mandatario derechista, que enfrenta un paulatino crecimiento de malestar social tras quince meses en el poder, no precisó hasta cuándo la fuerza pública recorrerá las vías de la urbe de siete millones de habitantes, que en su concepto fue víctima de quienes «buscan propiciar el caos» en el país.

Antes de las protestas, Duque advirtió que Colombia podía ser sacudida por convulsiones sociales similares a las de Ecuador, Chile o Bolivia, y expulsó a 24 venezolanos señalados de querer promoverlas.

Este sábado, aseguró que en la noche del viernes hubo «importantes capturas» de extranjeros, cuya nacionalidad no precisó, que serán judicializados o expulsados.

Por su parte, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, denunció que detrás de la ola de violencia había un «complot» y «organizaciones de alto nivel» interesadas en «desestabilizar» al país: «Aquí no se trata de unos jóvenes que están llevando a cabo manifestaciones espontáneas».

Sin mencionarlo, señaló al senador izquierdista Gustavo Petro de «regodearse» con la situación de Bogotá, que demandará recursos millonarios para reconstruir estaciones y buses del sistema de transporte masivo averiados.

Exalcalde de Bogotá, derrotado por Duque en las presidenciales de 2018, Petro contestó convocando un cacerolazo nacional a partir de las 17H00 locales (22H00 GMT) contra «el miedo y la mentira».

«Días duros»

Con el «vandalismo» controlado desde medianoche de viernes, las autoridades detuvieron a 331 personas, 29 de ellos venezolanos, que desafiaron el toque de queda tanto en Bogotá como en Cali, donde también ocurrieron desmanes el jueves.

Durante la restricción hubo manifestaciones y cacerolazos frente a la casa privada de Duque y en otros sectores de Bogotá que se dispersaron pacíficamente.En el Parque Nacional unos 200 manifestantes fueron desalojadas este sábado por los antimotines, constató un reportero de AFP.

La ciudad despertó en calma y fue recuperando gradualmente el servicio de transporte.El comercio reabrió y los destrozos fueron limpiados de a poco, constató AFP durante un recorrido.

«Tenemos que prepararnos para un esfuerzo largo y los invito a que tengan paciencia, a que tengan resistencia, porque aquí vienen días duros y difíciles», advirtió Peñalosa, quien invitó a los bogotanos a colgar telas blancas en ventanas o fachadas de sus casas en rechazo a la violencia.

La vendedora callejera Ana Belén Cuéllar intentaba recuperar la pérdida de ingresos que sufrió el viernes por el toque de queda.»Hoy parece estar tranquilo porque anoche estuvo difícil, estuvo que daba miedo», dijo esta mujer de 35 años.

En la noche hubo una «ola de pánico» entre la ciudadanía ante mensajes virales sobre supuestas hordas de ladrones de viviendas, reconoció el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

Peñalosa aseguró que fue parte de una «campaña de terror», de la que dijo tener pruebas, consistente en divulgar información falsa por redes sociales para atemorizar a los ciudadanos, que en amplios sectores hicieron guardia armados de palos y cuchillos.

Sin rostro claro

Los responsables de los saqueos y ataques a estructuras, muchos de ellos encapuchados, no eran claros.Tampoco si tenían motivaciones políticas y coincidían con la protesta contra Duque, liderada por estudiantes, sindicatos, indígenas, ambientalistas y artistas.

Peñalosa se cuidó de relacionarlos directamente con los participantes del «paro nacional» del jueves, el mayor de los últimos tiempos, desarrollado mayoritariamente de forma pacífica.

Para el analista de seguridad Hugo Acero, los altercados estuvieron asociados a «hechos vandálicos».»Se han dedicado en algunos casos a vandalizar o a asaltar y robar mercancías en algunos establecimientos mercantiles, esos no son hechos de una protesta social», afirmó.

Tras las masivas protestas, que dejaron tres muertos y 300 heridos en todo el país, Duque convocó a una «conversación nacional» para debatir «reformas» a su política social.Aunque hasta el momento se ha abstenido de invitar directamente a los promotores de las movilizaciones en su contra.

Con un crecimiento económico superior al promedio regional, Colombia aqueja altos índices de desigualdad y desempleo.

NAM – AFP