Un atentado, sacrilegio e irrespeto, así es catalogado, el decapitamiento criminal y grotesco que sufrió la estatua de Libertador de la Patria, Simón Bolívar, en La Paz, municipio Jesús Enrique Lossada del Zulia.
Lo peor, no es el hecho del decapitamiento y ataque al busto de nuestro insigne Libertador, sino que la misma se encuentra ubicada a poca distancia de un puesto de control de la Guardia Nacional Bolivariana y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), donde se supone no deberían pasar estas cosas.
El busto, que estaba esculpido en bronce, fue robado presuntamente por «mafias» organizadas en este municipio, que se dedican a recolectar este material, para proceder a su fundición y posterior venta.
Quedará a las autoridades investigar, quienes pueden ser los presuntos responsables de no respetar la memoria y figura simbólica del Padre de la Patria.
NV1/José Andara Rivas