Ari Mascarenhas es un maestro de octavo grado que pudo haber elegido dispositivos tecnológicos o modernas aplicaciones para ayudar a sus estudiantes en las lecciones de portugués. En su lugar optó por la vieja escuela, un álbum de calcomanías del Mundial.
Ha sido aficionado a estas estampas desde 1986 — cuando tenía 8 años, y está muy lejos de ser el único cautivado por este pasatiempo que parece de otra época. La atracción por los objetos coleccionables ha pasado de generación en generación y persiste entre los adultos que aún intercambian los autoadhesivos en Brasil, Estados Unidos y otras partes del mundo.
Mascarenhas dijo que sus alumnos, amantes del fútbol, desarrollan habilidades lingüísticas cruciales al estudiar todas las partes del álbum de 80 páginas repleto de planteles, banderas e información histórica. Leen estadísticas, nombres y demás información mientras la asocian con colores, ilustraciones y otras señales visuales.
“Con el álbum ven un lenguaje que va más allá de lo verbal. Me encantaba ver la interacción al intercambiar las calcomanías, así que este año pensé en utilizar una herramienta analógica en el mundo digital”, dijo Mascarenhas, maestro en el Colegio Humboldt alemán-brasileño de Sao Paulo.
La popularidad del álbum se ha expandido conforme se acerca la inauguración del Mundial de Rusia, el 14 de junio, a pesar de que los precios de los autoadhesivos prácticamente se duplicaron en algunos países, incluido Brasil. Eso generó algunas quejas en la nación sudamericana que está en crisis desde hace tres años y donde muchos habitantes se encuentran en pobreza extrema.
Sin embargo, no tardaron en venderse la mayoría de los 7 millones de álbumes que ingresaron al mercado.
Panini, la compañía italiana de objetos coleccionables que publica los álbumes, se negó a decir cuán redituables son, pero en 2016 la empresa registró ganancias por 743 millones de dólares (631 millones de euros), al vender productos en más de 120 países. Brasil es el mayor mercado para los álbumes, seguido de Estados Unidos y su importante población hispana. Inglaterra se ubica en el tercer lugar.
El atractivo de los álbumes es similar a las tarjetas de béisbol o Pokémon — que desafían a los aficionados a completar la colección. Cada álbum contiene lugar para 681 autoadhesivos con imágenes de estadios, jugadores, ciudades sede y las calcomanías se venden en sobres de seis.
Los días antes de que inicie el torneo son cruciales para los coleccionistas.
La actriz Bruna Marquezine, novia de Neymar, se dio cuenta de la alta demanda de los autoadhesivos con la imagen de la súper estrella. Así que decidió intercambiar las calcomanías autografiadas por su novio por las que aún le faltaban.
“Sé que es hacer un poco de trampa, pero esta vez no voy a dejar mi álbum incompleto”, bromeó Marquezine en redes sociales.
Los expertos aseguran que los aficionados necesitarían comprar alrededor de 970 sobres para llenar sus álbumes sin intercambios, debido a lo raro de algunas estampas, aunque el director de Panini Mark Warsop asegura que no existe una diferencia en la frecuencia de impresión de las calcomanías.
El profesor de matemáticas Sabastiao de Amorim, de la Univesidade de Campinas, dijo que la dificultad para conseguir algunas de las calcomanías es parte del atractivo de coleccionar el álbum. Algunas de ellas incluso se venden a precios inflados.
“La cifra mínima para completar el álbum es de 137 sobres, pero las posibilidades de que eso suceda, en especial debido a que hay calcomanías más difíciles de obtener, son las mismas que de ganarse la lotería”, dijo De Amorim.
Panini espera también que una versión móvil digital del producto en papel genere atractivo, como Pokémon y otros títulos que han logrado popularidad en múltiples formatos.
La app del álbum de Panini fue descargada más de 1,5 millones de veces, presentando nuevas formas para que los usuarios obtengan los cromos. Warsop opinó que esto generará mayor expectación en futuras ediciones del Mundial.
“Lo bueno de la versión digital es que aún puedes intercambiar en donde estés”, comentó. “Queremos que las personas intercambien aunque no estén en el mismo lugar”.
El uso generalizado podría disuadir a los adultos que actualmente intentan inculcarles el pasatiempo a sus hijos.
“No puedo vender mis calcomanías (en la app). Las personas quieren papel”, dijo el vendedor Renato Chaves, quien aparcó una vagoneta para vender más de 4.000 autoadhesivos a las afueras del centro de entrenamiento de la selección brasileña en Teresópolis.
Georgia Bulgackov, una estudiante de 13 años que aprende con el álbum en Sao Paulo, considerpo increíble aprender con un juego.
“Lo que nos encanta es mezclar el aprendizaje con algo de nuestra vida diaria, eso me hizo entender más de lo que quería el maestro”, dijo.
Mascarenhas, su profesor, confió en que sus alumnos puedan mantener la interacción del álbum en otros aspectos de su vida.
“No hay muchos productos que unan a las personas. En un mundo tan divisivo, aún pueden intercambiar y tener algo en común”, declaró.
NAM/AP