Luego de confirmarse que Salvador Ramos asesinó a 21 personas en una primaria de Texas, su madre, Adriana Reyes aseguró que «no era una persona violenta».
En una entrevista exclusiva, la mujer se mostró sorprendida de que el joven matara a sangre fría a los estudiantes y maestros de la primaria Robb.
Aunque admitió que el sospechoso era un solitario «y no tenía muchos amigos», rechazó los informes de que tenía una relación tóxica con él, recogió Daily Mail.
MADRE DEL ASESINO DE 21 PERSONAS DE UNA ESCUELA EN TEXAS ROMPIÓ EL SILENCIO
Reyes no se pronunció sobre sus aparentes problemas con las drogas, ni tampoco aclaró si esto obligó al joven a mudarse con su abuela, Celia González, quien ahora se debate entre la vida y la muerte luego de que le propinó ocho disparos en el rostro.
El adolescente aparentemente vivía con sus abuelos, los cuales tampoco notaron un comportamiento violento y destacaron que lo habrían denunciado de haber conocido sus macabros planes.
«Mi hijo no era violento. Estoy sorprendida por lo que hizo. Voy a orar por esas familias. Estoy orando por todos los niños inocentes, sí lo estoy haciendo. Ellos no tenían nada que ver con esto», aseguró.
Recalcó que la última vez habló con Ramos fue el lunes pasado, en su cumpleaños, y agregó: «Tenía una tarjeta y un peluche de Snoopy para darle».
UN PASADO OSCURO
En medio de la polémica que conmocionó a Uvalde, salieron a la luz algunos detalles del pasado del asesino, quien al parecer fue víctima de acoso escolar desde que era muy joven.
Varios medios locales reseñaron que Ramos era tartamudo y este problema de lenguaje le convirtió en blanco de burlas. Y al parecer este fue su incentivo para cometer uno de los crímenes más violentos del año, pero aún no se ha confirmado.
Semanas antes del tiroteo, compró dos rifles de asalto AR-15 y se jactó de ellos en las redes sociales, asegurando que cometería un hecho atroz. Sin embargo, su madre y abuelo, Rolando Reyes, confesaron que no tenían idea de cómo los adquirió legalmente.
El hombre de 74 años describió a su nieto como un «adolescente tranquilo» que se la pasaba la mayor parte del tiempo «solo en su habitación». Ramos resultó abatido por la policía a las pocas horas de la masacre.
Las investigaciones no arrojan conexión alguna con el tirador y la escuela, pues ya contaba con 18 años y no asistía a la primaria. Por su parte, el gobernador del estado, Greg Abbot, aseguró que tampoco contaba con antecedentes criminales o tenía problemas mentales.
NAM/Agencias
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