Como lo leen. El pequeño de 13 años de edad, reportado desde el martes 15 de febrero desaparecido, tras acudir a su escuela, el Colegio Panamericano, situado en el sector Guanipa Matos, de Maracaibo, y luego no volver a casa, había planificado su huida. Una huida o una aventura, eso quedará para las averiguaciones que el Ministerio Público ya está adelantando sobre el caso.
Lo cierto es que funcionarios de Polimaracaibo, Comando Comunal Policial Loma Linda, quienes se encargaron de este caso, escudriñaron a fondo durante el procedimiento de búsqueda y posterior a éste, cuando el pequeño quedó bajo la custodia policial, donde el menor y quienes tuvieron contacto con él durante la travesía explicaron que no hubo nunca un acto obligatorio ni un rapto. Todo se trató de un plan del pequeño por llegar donde su abuela en Valledupar, Colombia.
Por alguna razón, Eduardo Fleirez, de 13 años había decidido irse de su casa a donde una tía. Ya él había conversado con su tía notificándole su deseo de “irse a pasar unos días con ella”, así que el niño lo planeó todo muy bien.
Una mente brillante en 13 años de vida. Temerario y corajudo, el niño preparó un bolsito, el mismo donde guardaba sus libros para ir al colegio, pero, esta vez, no eran los libros. Tomó su bicicleta y se fue a su escuela en horas del mediodía del día martes, 15 de febrero, como de costumbre.
Pero, ya Fleirez sabía que no había clase. “Él sabía que no tendría clase, lo de ir al colegio simplemente fue una mampara”, reveló una fuente vinculada con el caso. De manera que, el menor llegó al colegio disimulando y luego tomó camino en su bicicleta hacia el destino planeado. Fueron 97,5 kilómetros de recorrido entre Maracaibo y Paraguaipoa por la Troncal 6. Solo lo hizo en bicicleta hasta llegar a Santa Cruz de Mara, de ahí continuó su periplo a pie y pidiendo cola.
Se inventó el permiso
En Valledupar, Colombia, está la abuela de Eduardo. Él la contactó y le dijo –la mentira- de que papá, vía Facebook le había otorgado el permiso para que él fuese a visitarla a Colombia. La doña se comió el cuento y esperaba a su nieto.
“Huyó de casa de su papá y su madrastra por razones que serán investigadas, pero eso fue lo que nos informó, él no quería estar en esa casa”, refirió la fuente sobre las primeras explicaciones que dio el niño, no solo a la policía sino a las tres personas que lo tuvieron al ojo o al cuido.
Hizo tres escalas incluyendo Paraguaipoa
Esta es la ruta que recorrió Eduardo Fleirez, de 13 años cuando escapó de casa el pasado martes, 15 de febrero, con destino final a Valledupar, Colombia, donde se encontraría con su abuela. El niño recorrió casi 100 kilómetros estableciendo escala en Santa Cruz de Mara, Sinamaica y Paraguaipoa, donde fue rescatado por Polimaracaibo Loma Linda y devuelto a su padre.
El martes por la noche, Eduardo Fleirez llegó en su bicicleta a Santa Cruz de Mara, allí, le ocurrió un percance. Una de sus llantas se ponchó y llegó hasta un lugar para reparar la bicicleta, pero se le hizo de noche y pidió al señor que le recibió le dejara dormir.
El señor le acomodó un chinchorro donde el niño pernoctó esa noche sin problema alguno, pero ya la noticia de la desaparición corría y el rostro de Eduardo era público, por lo que el señor que le tendió la mano se puso nervioso. Sin embargo, el niño le imploró que no le delatara, que él se iba a Sinamaica, donde una tía que lo está esperando y que él no podía regresar a su casa.
De los nervios y, como corresponde, el señor que le tendió la mano al niño llama a la policía, pero luego no contesta las llamadas que, de retorno, le hizo la policía. En consecuencia, la comisión de Polimaracaibo Loma Linda intervino un número desde donde el señor se comunicaba y enviaron la comisión hasta el lugar.
“Estuvo aquí, estuvo bien atendido, jugó hasta fútbol ahí atrás con los niños de aquí, me rogó que no lo entregara, yo lo que hice fue ayudarlo, se le dañó su bicicleta y no tenía para repararla. Yo le preguntaba de dónde era, pero, él poco hablaba, solo me limité a ayudarlo, porque es un niño y no lo iba a dejar a su suerte. Él comió, le dimos comida”.
El mismo señor ofrece un número de teléfono con dirección en Sinamaica, donde la policía se comunica con una tía del menor, quien, a todas estas y a consecuencia de no poder seguir en bicicleta, se fue a pie por la ruta que él mismo se trazó.
“La tía nos comenta –relató un policía- que el día martes por la tarde ella había conversado con el niño y él le había comunicado que se iba para Maicao para lo cual estaba buscando una cola”.
La misma tía, le explicó a la policía la misma versión que el niño daba a cada lugar donde llegó, “tengo problemas en mi casa”.
Eduardo llega a Sinamaica
La policía revela que el pequeño de 13 años, de cola en cola, logra llegar a la población de Sinamaica, ya en el municipio Guajira y allí en Sinamaica se da cuenta del revuelo que ha causado su desaparición, por lo que decide seguir camino hacia Paraguaipoa.
“A Paraguaipoa llega en horas de la noche, caminando, de cola en cola y en ese lugar llega donde un señor que lo acoge y éste le implora al señor que no lo delatara, porque ya él estaba próximo a encontrarse con su abuela y que eso sería “su objetivo”.
Las comisiones policiales pasaron por Paraguaipoa buscando de casa en casa, escudriñando los caseríos en busca del menor extraviado. El niño se mostró muy angustiado –dijo el señor del tercer lugar donde llegó Eduardo- tenía miedo de que se lo llevaran preso o lo metieran en un albergue, no obstante, un señor humilde, tal vez ignorante y de buen corazón, se inclinó hacia proteger al niño y acceder a su pedido, pero más fuerte era el dispositivo de búsqueda y el señor estaba convencido de que le encontrarían a él al niño.
“Al final me pasan un número de teléfono y llamamos al señor que tenía bajo ojo al pequeño y conversamos con él y de forma voluntaria él nos entrega al niño”, informó la policía.
Temerario
El pequeño Eduardo Fleirez de 13 años hizo tres paradas en tres casas distintas, donde explicó una versión conmovedora a cada uno de los tres “cuidadores” personas de buen corazón que le tendieron la mano mientras intentaba completar su ruta hacia Sinamaica y luego hacia Maicao y Valledupar.
Pernoctó la primera noche, es decir, de martes a miércoles en Santa Cruz de Mara, donde dejó su bicicleta averiada con una llanta desinflada.
Siguió camino a pie y pidiendo cola hasta llegar a Sinamaica, donde se encontró con conocidos y al llegar allí y darse cuenta de que era intensamente buscado, siguió camino hacia Paraguaipoa, donde llegó en horas de la noche, de miércoles para jueves.
Allí, en Paraguaipoa, es entregado por el señor que le tendió la mano a las autoridades policiales, quienes se comunican con su progenitor para realizar la entrega.
Como suele ocurrir siempre en este tipo de casos, se tejieron versiones falsas de que el niño había sido raptado, o había sido vendido. Se dijo también que el niño estaba muerto y que yacía en una hielera y cosas sin sentido que la policía de inmediato desmintió.
Se corrió un primer rumor, antes de que el niño finalmente apareciera de que éste había sido encontrado y su padre, en compañía de las autoridades publicó un video desmintiéndolo, pero finalmente se produjo la entrega del infante a su familia.
Gracias a la labor coordinada, suspicaz, bien elaborada y rápida de la comisión integrada por funcionarios del Comando Comunal Policial Loma Linda de Polimaracaibo, se logró el rescate y entrega normal y satisfactoria del niño temerario y aventurero a sus papás.
Ahora, de los señalamientos que el niño hizo a los tres personajes con quienes tuvo contacto durante su travesía, así como a la misma policía sobre situaciones en el seno de su casa de origen, corresponderá a la Fiscalía determinar.
NAM/Equipo de Sucesos
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