Más allá de cifras con muchos ceros y el entorno, la salida de Neymar del FC Barcelona radicó en lo futbolístico y por como el brasileño quiere convertirse en el próximo monarca del balompié del “Viejo Continente”. En lo colectivo lo ganó todo pero en lo individual siempre quedó a la sombra de Lionel Messi.
Messi después de la remontada contra el PSG
Neymar se la ha “jugado” al Barcelona con su ida al París Saint Germain, el equipo contra el que realizó su mejor partido como azulgrana, aquel de la famosa remontada que acabó con Lionel Messi montado a una valla publicitaria, puño en alto, endiosado por la hinchada en el Camp Nou. Foto deportiva del año. Ese fue el golpe. Allí el 11 se dio cuenta que nunca será el 10 en Barcelona.
Un equipo alrededor de Neymar
En Francia, con muchos menos problemas con los impuestos (Se paga un porcentaje menor por el sueldo bruto ingresado) y en una liga donde tendrá la posibilidad de gobernar a placer, Neymar será el líder de un barco repleto de tripulantes de primera categoría como Edinson Cavani, Julian Draxler, Lucas Moura, Dani Alves, Blaise Matuidi, Marco Verratti, Ángel Di María y Adrien Rabiot. Un equipo que se moldeará a sus necesidades y a su forma de jugar, un detalle que dentro de los blaugrana era inimaginable. Más allá de libertades tácticas se convertirá siempre en el “primer pase” para comenzar a hacer daño al rival. Lo que es Messi en Barcelona y como él en Brasil.
El dinero, sin dejar de ser una estadística importante, no fue el factor principal en la decisión del astro brasileño. Se hartó de ser el as de espadas. El quiere ser el 1. Quiere ser como Jordan y Federer. Como Bolt y Phelps. Abandonar el 11 y ser el 10. Ser el mejor jugador del mundo con Rusia como la meta y el Balón de Oro como la consagración definitiva.
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