La Isla de San Carlos, sitio turístico por excelencia en el estado Zulia, vive su «hora menguada». El otrora paraíso terrenal, perteneciente al municipio Insular Padilla, donde se daban cita miles de temporadistas en temporadas altas (Carnaval y Semana Santa) se ha convertido en un desierto de gente que clama por soluciones al rosario de dificultades que tiene que enfrentar día a día.
Los problemas comienzan con los servicios públicos: sin agua, sin electricidad, sin transporte lacústre y con una pésima vialidad los isleños, lloran su desconsuelo pidiendo atención a los organismos oficiales.
La infraestructura de educación y salud (escuelas y dispensario) también viven su peor momento.
Los vecinos que tampoco escapan a la crisis económica, escasez y desabastecimiento de alimentos no pierden oportunidad de reclamarle al alcalde Hëctor Nava , y al gobernador Omar Prieto, la solución de por lo menos uno de estos graves problemas.
El municipio vivía de la pesca y de la explotación de piedra caliza, el turismo representaba para su gente la mejor fuente de ingreso, que se ha desplomado, aunado al inexistente sistema de transporte que mantiene aislados a 14.200 personas, todas residentes en las cinco islas habitadas, (Zapara, Toas, San Carlos y Pescadores).
NAM/Con información de Guillermo Reverol
