Después de 36 años sin pisar suelo mundialista, Perú jugó como si estuviera en su pripia tierra. Los Incas desplegaron el mejor fútbol en lo que hemos visto de Copa del Mundo. Fluidez en la posesión, traducción de la misma en peligro y una buena presión para neutralizar las variantes más fuertes del rival. Toda una maravilla pero la ineficacia, ese factor que te puede llevar del cielo al infierno, terminó castigando de más a los sudamericanos. Y, si dejas a jugadores como Eriksen con espacios en una sola oportunidad, te castiga.
Con un gol solitario de Yussuf Poulsen, después de una gran asistencia de Eriksen quien manejo el contragolpe de manera ejemplar, Dinamarca derrotó 1-0 a Perú en el debut de ambos en la Copa del Mundo Rusia 2018. La Blanquirroja fue ampliamente superior a su rival pero no encontró la manera de transformar ese dominio en goles, porque oportunidades si tuvieron. Ni Cueva, uno de los mejores del partido, pudo concretar un penal al final del primer tiempo, segundo que cobra el Video Arbitraje en la jornada junto al de Griezmann, que hubiera levantando al equipo de Ricardo Gareca y hubiera enterrado a la Dinamita Roja.
Dinamarca, fiel a su estilo reactivo y dependiente de los destellos de Eriksen, supo soportar todas las embestidas de su rival con un gran Peter Schmeichel bajo los tres palos. Un animal que logró detener todos los tiros de Carrillo, Cueva, Farfán, Guerrero y Ruidíaz. Era imposible hacerle un gol hoy a los daneses.
Perú, quien tendrá que jugarse la vida ante Francia y Australia, jugó un gran fútbol pero sufrió al no encontrar batir a su rival. Al no conseguir anotar los goles necesarios para estar más tranquilos y poder controlar el partido con el gol a favor. Ahora es turno de pasar la página y pensar en el otro partido. El juego castigó a Perú, pero no lo ha enterrado todavia.
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Javier Parra Peña
NAM
