La caravana de varios miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, cambió el sábado la ruta de recorrido hacia el Golfo de México para evitar pasar por el estado sureño de Oaxaca, alegando que temen ser reprimidos en esa región por la Guardia Nacional (GN) y los habitantes.
Bajo la vigilancia de elementos de la GN el contingente de extranjeros se concentró el sábado a las afueras de la localidad de Arriaga del estado sureño de Chiapas, donde he pasado la noche, para tratar de conseguir camiones que los puedan llevar hasta Tuxtla Gutiérrez, capital de la entidad.
El plan de los migrantes es ahora dirigirse hacia Coatzacoalcos, en el estado oriental de Veracruz, una ruta que ninguna otra caravana había tomado desde 2018 cuando se iniciaron los éxodos, para luego seguir camino hacia la Ciudad de México.
La caravana tenía previsto movilizarse hacia Oaxaca, pero cambió de decisión por temor a ser interceptada en la desoladas vías de la zona por la GN o ser reprimida por sus habitantes, indicó el activista Irineo Mújica, integrante de la organización Pueblos Sin Fronteras que acompaña a los migrantes.
“Oaxaca ha sido muy represiva con los migrantes. Es donde están regresando a todos, y la caravana viene muy lastimada. Necesitamos empezar a tomar raites (aventones) para poder avanzar un poco más sin lastimar tanto a los migrantes ”, dijo Mújica a The Associated Press.
El activista sostuvo que Oaxaca es una zona de influencia del sacerdote Alejandro Solalinde, defensor de los derechos humanos de los migrantes y director de un albergue de esa entidad, al que dijo de estar aliado con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“(Solalinde) ahora defiende a López Obrador, no a los migrantes, y los migrantes no son tontos”, apuntó.
En respuesta a las afirmaciones el activista Solalinde expresó a la AP que “Mújica hace muchos años que no vela por los intereses de los migrantes, sino de Estados Unidos, y él defiende los intereses geopolíticos de Estados Unidos y seguramente no lo hace por amor al arte ”.
El sacerdote dijo al activista de Pueblos Sin Frontera de “usar a los migrantes”, y agregó que “si los quisieraía allow que el Instituto Nacional de Migración les dé los permisos de visitantes por razones humanitarias que les ofrece, y con eso dejarían de estar sufriendo en una caravana ”.
En 15 días los migrantes han caminado unos 250 kilómetros desde que salieron el 23 de octubre de la localidad de Tapachula, que se encuentra casi en la frontera con Guatemala. La caravana, la de mayor dimensión que transita por México este año, llegó a sumar unas 4.000 personas pero ya se ha reducido a casi la mitad.
Aunque llevan los pies desechos no piensan en flaquear en su objetivo de llegar al norte, reconocieron a Juan Ocampo y Jessenia Rodríguez, una pareja de nicaragüenses que viaja con dos menores.
NAM – AP
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