Las calles de Maracay albergan la historia de un carro fantasma que a muchos asusta; un Ford Fairlane es una de las leyendas urbanas de la ciudad jardín.
Entérate de la historia que asusta a unos y genera curiosidad a otro… y cuidado cuando transites por las noches en Maracay.
EL CARRO FANTASMA
En las madrugadas, muchos cuentan que han visto un Ford Fairlane haciendo un cambio de luces, a la altura del cuartel San Jacinto.
Richard Ortega me contó su anécdota: “Una noche estaba cenando en San Jacinto con mi novia.
Al terminar, me metí por la Av. Casanova para llevarla a su casa en La Soledad. A los cinco minutos, un carro comenzó a hacerme un cambio de luces.
Sin ningún problema me dispuse a darle paso, sin embargo, el carro no pasaba y ante lo incómodo de la situación, decidí bajar la velocidad y el carro comenzó a avanzar.
Cuando lo vimos de cerca, quedamos congelados del horror porque no tenía conductor ni tampoco pasajeros; era un carro fantasma.
Estaba completamente vacío y lucía como si estuviera quemado. Mi novia gritó. Yo aceleré y al ver por el retrovisor, el Ford Fairlane había desaparecido”, aseguró Richard.
Investigando a profundidad, descubrí uno de sus supuestos orígenes. Se cuenta que Germán García era un hombre alcohólico.
Él estaba casado con una mujer llamada Matilde, a quién solía maltratar cuando se encontraba en ese estado de ebriedad.
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Una noche asistieron a la celebración de unos quinceaños. A las horas, Germán ya se encontraba pasado de copas y en un ataque de celos, peleó con un mesero porque estaba cerca de Matilde.
La muchacha lo convenció para irse y se subieron a un vehículo, justamente un Ford Fairlane. Germán tomó la vía de la Av. Casanova Godoy y cuando iba frente a los aviones, detuvo el carro.
Estando allí golpeó a Matilde varias veces. Entre el forcejeo, la mujer se quitó el cinturón, abrió la puerta del copiloto y se escondió en una parte con mucha vegetación donde está la brigada de paracaidistas.
Cegado por la ira, Germán encendió el carro y comenzó a buscarla y gritó:
“¿Dónde estás? ¡No te escondas o será peor!”
Minutos después, al acelerar, Germán perdió el control del vehículo y se volcó. Matilde estaba a una distancia considerable.
Cuando se iba a acercar asustada para ayudarlo, el carro se prendió en fuego y solo se escucharon los gritos agonizantes de Germán.
A partir de esa tragedia nace esta leyenda.
NAM/Caraota Digital
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