Las intensas lluvias provocadas por el monzón y las inundaciones en Pakistán dejaron al menos 357 muertos y 408 heridos desde mediados de junio, afirmaron este jueves las autoridades del país asiático, que temen que la cifra de víctimas siga aumentando mientras continúan las precipitaciones.
Al menos tres personas han muerto en las últimas 24 horas en Pakistán, dijo en un comunicado la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres paquistaní (NDMA).
La provincia suroccidental de Baluchistán es hasta ahora la región más afectada, con 190 fallecidos, seguida por la sureña Sindh con 90 muertes, según datos oficiales.
Las fuertes lluvias del monzón han provocado además importantes daños materiales con más de 6.000 viviendas destruidas, casi 20.000 hogares dañados y medio centenar de puentes colapsados.
اچھار نالہ کوہستان میں قدرتی افت نے تباہی مچق دی شاہراہ قراقرم ٹریفک کے لئے بند اللہ رحم فرما #Kohistan #kkh #flood pic.twitter.com/6PvglZ4cXY
— WAJAHAT ALI (@wajahatgilgiti) July 27, 2022
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, recordó hoy que el cambio climático es una «realidad innegable» y tiene serias consecuencias para países en desarrollo como Pakistán.
«Nuestras inundaciones y lluvias torrenciales en curso deben ser vistos desde esta perspectiva», dijo en Twitter, antes de añadir que el Gobierno «está alineando sus objetivos de desarrollo con las exigencias del cambio climático».
El depuesto primer ministro Imran Khan, cuya formación política Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI) se encuentra en el poder en las provincias de Punjab (este) y Khyber Pakhtunkhwa (noreste), afirmó que ha pedido a los gobiernos de ambas regiones a prestar asistencia a los afectados en Baluchistán.
Tanto la NDMA como el Departamento de Meteorología de Pakistán alertaron de que las fuertes lluvias continuarán en los próximos días.
Durante la época del monzón en el sur de Asia -de julio a septiembre-, los corrimientos de tierra y las inundaciones son habituales y, además de víctimas, se producen importantes daños materiales.
Las peores inundaciones de la historia paquistaní ocurrieron en 2010, tras un monzón extraordinariamente intenso, que se sumó a un deshielo estival también especialmente abundante y ocasionó unos 2.000 muertos y más de 20 millones de damnificados.