El venezolano Jhon Róquez, un abogado de 23 años, acaba de conseguir el estatuto de refugiado en Perú, lo que conlleva un permiso de trabajo de dos meses de duración renovable simplemente con un clic en internet desde cualquier parte del país.

Su hermano Alfredo también ha conseguido este preciado documento que les abrirá las puertas a un “mejor trabajo, estar más seguros y legales en el país”, explica Jhon tras recibir la noticia.

Como ellos, cientos de venezolanos hacían fila en la oficina de la Comisión Especial de Refugiados de la cancillería peruana, en el distrito limeño de San Isidro, para realizar los trámites de refugio, un salvavidas que les permitirá residir y trabajar legalmente en el país.

Según las autoridades peruanas, 120.000 venezolanos se han acogido a este estatuto desde 2015, sólo una cuarta parte de los que han llegado al país desde 2015 huyendo de la compleja situación de Venezuela.

La solicitud de refugio es independiente del proceso que se hace para el permiso temporal de permanencia o para cualquier otro estatus migratorio, precisó este martes el canciller peruano, Néstor Popolizio.

Aunque los hermanos Róquez podrán trabajar en Perú, es poco probable que puedan ejercer su profesión de abogados.

Por el momento trabajan en una barbería en la ciudad norteña de Trujillo, donde perciben cada uno un sueldo de 1.200 soles (unos 360 dólares), contaron.

El título de profesión sirve para colgarlo en la pared y allí quedarse”, dice por su parte el ingeniero civil Víctor Caracha, que también espera obtener este salvavidas que le permitirá vivir tranquilo en el país de acogida, donde han llegado cerca de medio millón de venezolanos.

La mayor parte de los migrantes venezolanos ingresaron a Perú desde Ecuador por el paso fronterizo de Tumbes, unos 1.290 kilómetros al norte de Lima, luego de agotadoras y largas travesías en bus o a pie cruzando Colombia y Ecuador.

Además del gobierno peruano, la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), la Federación Internacional de la Cruz Roja e iglesias reparten alimentos y brindan asistencia a los migrantes, tanto en la frontera como en Lima.

Tenemos albergues identificados que nos permiten ubicarlos y que tengan un tránsito inicial que no sea difícil y que les permita reciclarse en toda la sociedad peruana”, dijo Popolizio.

Cruce de datos

El gobierno peruano exige desde el sábado pasaporte a los venezolanos, pero éstos pueden seguir ingresando al país sin necesidad del documento si solicitan el refugio.

También pueden entrar a Perú sin pasaporte -documento difícil de conseguir en Venezuela debido a los interminables trámites, la corrupción y la falta de papel- las embarazadas, los ancianos y los niños que llegan a reunirse con sus padres.

NAM/Globovision