Científicos del Centro Europeo CEREGE -en Francia- han descubierto que la protección solar de los bañistas libera cantidades significativas de TiO2 contaminante (dióxido de titanio) en el mar, con potencial para dañar la vida marina. Se trata de una investigación llevada a cabo en playas del sureste de Francia que se ha presentado en la conferencia de geoquímica Goldschmidt en Boston.
El TiO2 es uno de los principales ingredientes del protector solar, ya que actúa como protector contra los dañinos rayos ultravioletas (UV). Aunque la mayoría de los organismos reguladores lo consideran seguro para uso humano, el TiO2 concentrado o una exposición a largo plazo podría resultar tóxica para numerosos peces y otros organismos acuáticos.
Ahora, los investigadores han encontrado que en el agua, las nanopartículas tienden a perder su capa protectora bajo la influencia de la luz UV o la composición de agua de mar, lo que expone el TiO2 más tóxico al ambiente acuático.