El pasado 24 de julio la cantante Demi Lovato casi perdió la vida al consumir una sustancia llamada fentanilo, la misma droga que mató a Prince y Lil Peep.
El fentanilo fue la sustancia causante de la crisis que sufrió Lovato en su residencia ubicada en Hollywood Hills,y que obligó a su hospitalización. Según el portal TMZ, la artista llamó a un distribuidor de droga con el que mantiene contacto desde el pasado mes de abril, y fue quien se acercó hasta su hogar y le proporcionó la droga.
Una investigación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que esta sustancia tiene una potencia 100 veces mayor que la morfina y se usa para el tratamiento de dolor agudo, ya que es anestésico.
Sin embargo, su abuso o el de sus análogos es potencialmente adictivo y puede provocar hasta la muerte, tal como sucedió con los artistas Prince y Lil Peep.
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El distribuidor dejó la residencia de la cantante cuando se dio cuenta de que ella se encontraba en la cama y su respiración era muy fuerte hasta que se desmayó. Así la encontró su asistente el pasado 24 de julio alrededor de las 11:30 de la noche. Luego fue tratada con Narcan, un medicamento de emergencia que se utiliza en casos de personas con sobredosis de opiáceos para poderla revivir.
Después de dos semanas de hospitalización en el Cedars-Sinai Medical Center de los Ángeles, la interprete de Clean Bandit ha ingresado a un centro de rehabilitación privado y ha hablado abiertamente sobre su lucha contra la adicción, el trastorno alimenticio y su bipolaridad.
También hizo su primera declaración en su cuenta oficial de Instagram escribiendo “Seguiré luchando”, luego de agradecer a su familia, equipo y fanáticos por el apoyo que le brindaron.
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