Aterrada, desesperada e indignada, una joven colombiana describe en un video difundido en las redes sociales, cómo fue víctima de acoso sexual en plena vía pública y la respuesta que recibió de dos funcionarios policiales, tras ella denunciar el hecho, fue la indiferencia.
«Iba trotando, como siempre lo hago, todo normal, iba mirando hacia abajo; yo no miro a nadie, no hablo con nadie, no me meto con nadie y de repente escucho que alguien me dice ‘lo estás viendo’ y cuando levanto la cara, observo al man (hombre) masturbándose frente a mí…»
En el video se ve a la mujer llorando y contando el episodio, que se registró el pasado lunes en la avenida La Asamblea, en el sector de Manga, una exclusiva zona de Cartagena, Colombia.
La chica, visiblemente molesta, triste, aterrada y desesperada, narra como corrió hacia una esquina y ayudada por par de taxistas que se percataron que estaba en problemas, acudieron a la policía, recibiendo total indiferencia por parte de los funcionarios.
Manifestó que cuando acudió, a unos metros, donde había par de policías, éstos le dijeron que se dirigiera a la otra esquina de la calle, donde estaban otros dos funcionarios. Con los taxistas, la muchacha acudió al auxilio de la autoridad y éstos tampoco la socorrieron y en consecuencia, el aberrado no fue detenido.
La chica decidió subir el video donde detalla lo que padeció para llamar la atención, no solo de las otras mujeres de que «deben cuidarse al extremo» sino de la autoridad que, de acuerdo con lo que padeció, «no están protegiendo a nadie».
Estas escenas, no solo se registran en Colombia o en nuestros países de Latinoamérica, en todo el mundo hay aberrados sueltos, pero si las mujeres no van a contar con la autoridad que están allí para cumplir su función que es proteger al ciudadano, entonces o están perdidas o toman justicia con sus propias manos, que viene siendo más o menos lo mismo que estar perdidas.
NAM/Con información de El Tiempo
