viernes 19 de abril de 2024

¡LA PEOR CIFRA EN SU HISTORIA! La economía de España se contrajo un 11 % en 2020

La pandemia de coronavirus ha asestado un golpe histórico a la economía española, que registra, en el informe correspondiente al cuarto trimestre de 2020, publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), una contracción de 11 puntos porcentuales en el PIB con respecto al mismo periodo del año pasado.

Desde que hay registros, España nunca ha sufrido un desplome de estas proporciones. Para hacerse una idea de la dimensión del impacto del coronavirus en el tejido productivo del país, basta saber que en 2009, en plena recesión mundial, la economía española se contrajo en un 3,8%. Los resultados de 2020 triplican esa cifra.

Es más, durante los seis años de aquella crisis (de 2008 a 2013, ambos incluidos) se perdieron en total 9,1 puntos porcentuales de PIB, mientras el 2020, por si solo, ha superado esa caída en casi dos puntos.

Este batacazo, el más duro de la historia de la democracia del país, pone fin, además, a una serie ininterrumpida de seis años de cifras positivas: la última contracción de la economía española se había producido en 2013, con una caída del 1,4 %, y el año pasado se alcanzó un crecimiento discreto, cifrado en el 2 %.

Calculada en euros, la caída del PIB en 2020 se traduce en unos 112.000 millones, ya que, tal como señalan desde el INE, «a precios corrientes en 2020, el PIB se sitúa en 1.119.976 millones de euros«, y es un «10,0 % inferior al de 2019».

Desglose y factores de un desplome sin precedentes

El informe del INE detalla las diferentes variaciones interanuales del PIB en distintos ámbitos. Así, indica por ejemplo que el gasto de los hogares cayó un 8,4 %, mientras que la inversión hizo lo propio en un 14,3 %. Las exportaciones, por su parte, sufrieron una fuerte caída del 20,6 %, mientras las importaciones se contrajeron en un 14,1 %.

La agricultura es uno de los escasos sectores económicos que han crecido durante esta crisis, y además lo ha hecho con fuerza, expandiendo los réditos de su productividad en un 8,7 %. Le siguen en esta breve lista de valores positivos las actividades financieras y de seguros, que han crecido un 5,4 %. También se ha registrado un incremento del 3,3 % en el apartado de administración pública, educación y sanidad.

El resto son las cifras de la calamidad: la industria se redujo un 4,3 %; la construcción, un 18,2 %, y los servicios, un 9,8 % global, dentro del cual se encuentra la vertiginosa caída apuntada en el epígrafe de comercio, transporte y hostelería, de un 20,4 %, y de las actividades artísticas y recreativas, que con su contracción del 31,5 % representan el sector más perjudicado en esta crisis histórica.

Las razones de la debacle económica de España son varias. El largo confinamiento durante la primera oleada de coronavirus propició un parón de la actividad del que aún quedan graves secuelas. Por otra parte, su tejido productivo es altamente dependiente de servicios como la hostelería o el turismo, que implican abundante interacción social y por ello se han visto gravemente lastrados durante la pandemia.

Además ese tejido está integrado en su mayor parte por pequeñas y medianas empresas (pymes), que son menos resistentes a las turbulencias. Y en su mercado laboral hay una gran proporción de empleos temporales, que se rescinden con facilidad cuando llegan crisis que afectan a la actividad productiva.

NAM/RT