James Rodríguez fue uno de los ilustres visitantes que acudieron al Santiago Bernabéu para presenciar la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. El colombiano aprovechó la visita para confirmar al Real Madrid su intención de regresar de Múnich para enrolarse en las filas del conjunto blanco. Así se lo ha hecho saber Jorge Mendes a José Ángel Sánchez y así se lo hizo saber el propio James a Florentino Pérez, con quien mantuvo un encuentro fugaz, según han asegurado a El Confidencial fuentes del club blanco.
El colombiano, que aprovechó su visita para saludar a sus compatriotas Wilmar Barrios, jugador de Boca, y Juanfer Quintero, el héroe de River con su golazo, confirmó al presidente blanco lo que su agente había comunicado al director general blanco: «Quiero regresar al Real Madrid». La decisión del futbolista es firme y la postura del club de Concha Espina sobre una posible vuelta de James parece ser más receptiva ahora que al inicio de temporada.
Si hace un par de meses, cuando el jugador mostró al club su intención de abandonar el Bayern, la postura del Real Madrid era contraria porque se entendía que podía quitar minutos a Vinicius Júnior, ahora con Solari en el banquillo parece que el contexto ha cambiado. El argentino ha ido modelando el equipo a su gusto y uno de los damnificados es Isco, quien ha perdido protagonismo y peso en el equipo. El malagueño no es un jugador que encaje en la forma de entender el fútbol de Solari, que prefiere atacar por las bandas y tener futbolistas más verticales.
Eso ha provocado que Isco haya sido puesto en el mercado, por más que desde el club los mensajes que se envían remiten a los interesados a pagar su cláusula de rescisión, de 700 millones. Si Solari logra pasar la reválida, Isco tendrá muy difícil ser un jugador con mucho peso en la plantilla. Especialmente tras su falta de respeto al técnico y el encontronazo que tuvo con alguno de sus ayudantes. Tampoco en las oficinas del club tiene apoyos incondicionales. Todo ello apunta a que Isco será una de las piezas más codiciadas que el Real Madrid podría poner este verano en el mercado junto al galés Gareth Bale en la anunciada revolución que planea Florentino.
James se está recuperando de un esguince en los ligamentos externos de la rodilla izquierda que le ha permitido viajar a Madrid para trabajar con un fisioterapeuta de confianza como Joaquín Juan, quien también ha ayudado a Cristiano Ronaldo y Pau Gasol. El colombiano advirtió a finales de octubre a Jorge Mendes, quien se llevó 2,3 millones de comisión por la operación de su cesión a Múnich, su intención de marcharse. «No soy feliz y me quiero ir», advirtió a su agente. En Alemania se han aireado varios capítulos de indisciplina del colombiano con el técnico del Bayern, Niko Kovac, episodios que inquietan en Madrid porque en su paso por el club blanco también protagonizó algunos roces con sus entrenadores que acabaron motivando su salida.
El exfutbolista del Real Madrid mantiene una relación «insostenible» con el entrenador del Bayern, según la prensa alemana. James pasa más tiempo en el banquillo que sobre el césped. Tiene contrato hasta 2021 con el Real Madrid, que le ha cedido al Bayern con una opción de compra no obligatoria de 42 millones de euros, que tendría que ejecutarse en junio de 2019. El club alemán ha pagado 15 millones de euros por la cesión del colombiano, cuya ficha asciende a 13 millones de euros brutos.
La intención del jugador, y parece que también del entrenador del Bayern, es que el futbolista salga en enero. El Real Madrid está peinando el mercado para reforzarse en invierno con un jugador por línea: un goleador contrastado, un centrocampista con un perfil más defensivo y un central para completar la línea defensiva. Aún no encajando en ninguno de los roles demandados por la dirección deportiva, el colombiano podría acelerar su regreso siempre y cuando Florentino dé luz verde a la operación. A Solari, que anda tratando de recuperar a Modric, no le vendría mal sumar un recurso más a un equipo que de momento está demostrando tener poco fútbol.
NAM/El Confidencial
