El de Zinedine Zidane es un barco alargado. Caben 24 pasajeros. Todos igual de importantes según lleva defendiendo el técnico desde principio de temporada. Este miércoles, para el partido contra el Leganés, dejó en casa a Kroos, Bale y Cristiano y en el banquillo a Modric, Benzema y Pepe. Jugaron las segundas líneas. Los Asensio, Lucas, James, Morata, Kovacic. Y jugaron bien.
¿Le sabe mejor la victoria con en equipo tan atrevido en cuanto a los cambios?, le preguntaron a Zidane. “Para mí no es atrevido, es lo normal porque todos entrenan bien durante la semana y tengo la posibilidad de cambiar muchos jugadores. ¡Es que tengo una plantilla muy buena! Cuando cambias a muchos de ellos y ganas, puedes estar contento, sí”, contestó el técnico.
Contento lo estuvo Morata, autor de tres goles que se fue con el balón firmado por todos sus compañeros. Lo estuvo también Kovacic, sustituido al final igual que Morata. No lo estuvo James autor del primer tanto de la noche y de la asistencia en el tercer gol de delantero español. Zidane le cambió en el minuto 72 y el colombiano se marchó enfadado.
Marcelo intentó animarle y cuando el técnico francés vio la situación, se alejó un par de pasos hacia el borde de la zona técnica. «La concha de tu madre», se le vio decir mascullando cuando abandonaba el terreno de juego. El colombiano se sentó en el banquillo sin mirarle y sin acercarse para chocarle la mano. Una vez sentado en el banco, pegó un puñetazo a la pared.
“Es normal que no esté contento porque uno nunca quiere salir del campo y quiere estar los 90 minutos. No lo he hablado con él en el vestuario. Ya está, se acabó, nos quedamos con el partido y yo me quedo con su partido, ha jugado bien”, explicó el entrenador del Madrid.
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