Un hecho insólito que nos detalla cuán profundo hemos caído sucedió el pasado viernes, 4 de junio en la subregión Perijá, específicamente en La Villa del Rosario, cuando, a falta de la ayuda que pidieron sus familiares para dar sepultura a un pariente, que además murió de COVID-19, decidieron enterrarlo en el patio de su casa.
Increíblemente, la familia cavó la fosa de unos dos metros aproximadamente, los bordeó con bloques grises bien frisados por dentro, cual fosa de camposanto e inmediatamente, colocaron un ataúd de fabricación casera donde descansaba el difunto dentro de esa fosa improvisada.
El increíble acto se efectuó en el sector San José, parroquia el Rosario de La Villa del Rosario. El fallecido era de apellido «Bracho» y según el reporte de los vecinos de la zona, pertenece a la familia Báez.
Al ver el desinterés en el caso, se estableció comunicación con funcionarios del CPBEZ, quienes se acercaron al lugar e informaron que se trataba de un hombre que no tenía familia y se encontraba en una casa al cuido.
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Vecinos del sector están alarmados, por el peligro sanitario que esto puede representar para la salud del resto de los habitantes y además están molestos por la falta de atención gubernamental que reina en la comunidad por lo que hacen un llamado a las autoridades competentes que resuelvan la situación.
Trascendió que los familiares o allegados de este difunto solicitaron ayuda económica al ayuntamiento para poder sufragar el elevado costo de un entierro y, aparentemente, no recibieron respuesta, por lo cual tomaron la temeraria decisión.
NAM
