Varias localidades del noreste de Colombia estuvieron semiparalizadas el lunes por una huelga armada impuesta por el reducto de una exguerrilla que lucha con rebeldes del ELN por el control de narcocultivos, cerca de la frontera con Venezuela.
Los Pelusos, una facción del ya desmovilizado Ejército Popular de Liberación (EPL), están tras esta medida. con la que buscan presionar el fin de los enfrentamientos, que a marzo dejaban más de 2.000 desplazados, según las autoridades.
“Dentro del marco del paro armado que el EPL está adelantando en diferentes municipios hay una disminución, no solamente en el transporte, sino también temor de la gente para poder salir”, dijo a los periodistas el coronel Edison Quintero, comandante de la policía de departamento de Norte de Santander.
A raíz de esta acción, 11 municipios de esta área fronteriza con Venezuela están con las actividades restringidas. En las vías se pueden ver vehículos incendiados o pintados con las siglas del EPL, según una autoridad local de Teorama, uno de los municipios afectados, que habló bajo reserva åcon la AFP.
El grupo armado amenaza con represalias a quienes incumplan su orden. La situación es crítica y las actividades cotidianas, como el comercio o las clases se encuentran suspendidas ante la ola de violencia que viene arreciando desde finales de 2017.
“Ellos no habían tenido confrontación (con el ELN) en años. Las diferencias comenzaron debido a la expansión de los grupos que empezaron a ocupar los territorios que dejaron las FARC en la zona», señaló la fuente.
El ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común depuso las armas el año pasado, tras un acuerdo de paz, lo que ha desatado luchas territoriales en varios puntos de Colombia por el control del narcotráfico.
Los municipios afectados por el paro de Los Pelusos – una organización narcotraficante según las autoridades – forman parte del Catatumbo, la segunda región con más cultivos de hoja de coca en Colombia, el mayor productor mundial de cocaína.
Gobierno actúa
El ejército y la policía enviaron una fuerza especial para contrarrestar las acciones de los grupos ilegales. Mientras combate en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) negocia un acuerdo de paz con el Gobierno en Quito. Las partes discuten actualmente un alto al fuego.
En el barrio Santa Marta de Ocaña fue capturado Jesús Antonio Delgado Figueroa, cabecilla de finanzas de Los Pelusos y uno de los integrantes del cartel de los más buscados por la Policía de Norte de Santander.En el marco de la campaña militar-policial#Esparta, en #Ocaña, con @DIJINPolicia, capturamos a Jesús Delgado Figueroa, alias “Yorman”, cabecilla de finanzas del Grupo Armado “Los Pelusos”, uno de los más buscados de #NorteDeSantander. #PactoPorLaVida pic.twitter.com/8oeKY559Gh.
Como resultado de la operación Cronos IV, la Policía logra detener al hombre de 26 años, conocido como Yorman y quien llevaba por lo menos ocho años de trayectoria criminal.
Inició su actividad ilegal en los sectores de La Vega de San Antonio y El Guayabón, convirtiéndose en parte activa del desaparecido Ejército Popular de Liberación (EPL).
Perteneció a los esquemas de seguridad de alias David León, cabecilla del EPL capturado; alias Megateo, cabecilla narcotraficante neutralizado, y de alias Pacora, cabecilla militar de Los Pelusos.
Entre las labores criminales lideradas por Yorman estarían la ejecución de asesinatos selectivos y el reclutamiento de menores de edad.
Además se encargaba de controlar las rutas del narcotráfico desde Hacarí y La Playa, así como los barrios Santa Lucía, La Torcoroma, Tacaloa, Parque San Francisco, Villa Paraíso y el mercado de Ocaña.
También sería el presunto responsable de atentados contra la fuerza pública y de recolectar finanzas por medio de extorsiones a comerciantes en Ocaña, dineros que estarían destinados a la consecución de material bélico para la estructura.
Jesús Antonio Delgado Figueroa fue capturado por los delitos de concierto para delinquir y rebelión y fue dejado a disposición de la autoridad competente para su judicialización.
La Policía reiteró a la comunidad que, con garantía de absoluta reserva de su identidad, puede suministrar información que permita la ubicación y captura de los 25 más buscados de Norte de Santander, por quienes se ofrece una recompensa de hasta 40 millones de pesos.
NAM/La Opinión
