Hoy miércoles la Luna está en tránsito por el signo de Tauro y ya entramos en el nuevo año zodiacal a partir del equinoccio que ocurrió ayer martes. El único planeta que sigue retrógrado es Júpiter, en Escorpión.
Notarás un ambiente algo tenso en tu trabajo o medio social, pero no te inquietes porque no es contigo sino más bien que cada cual está pensando en sus propios asuntos y parece no tomar en cuenta a los demás. Sin embargo, no todo será así.
Los signos de fuego, Aries, Leo y Sagitario tienen un impulso único que en este ciclo que se está iniciando se materializará en hechos concretos, soluciones a cuestiones pendientes que pudieron haber causado dificultades en el pasado, pero que ahora se presentan claras y diáfanas frente a ti.
Los signos de tierra como Tauro, Virgo y Capricornio están en el tono de la renovación, tanto física como mental. Esto significa que es el tiempo ideal para poner en práctica los planes de salud, ejercicios y estilo de vida adecuados puesto que ahora tu voluntad está fortalecida y para llegar a las metas planteadas ese es el factor principal, sin ella todo es vacío.
Los signos de aire como lo son Géminis, Libra y Acuario se envuelven en un aura de curiosidad que inspirará a buscar soluciones, dudar de lo que no entienden bien y decidirte a iniciar o seguir un plan de estudios o de superación personal que habías dejado a medias. En el amor es una etapa de concreción, definición de sentimientos y declaraciones sinceras tanto de tu parte como de los demás, una etapa de sinceridad emocional.
Finalmente, en el caso de los signos de agua, Cáncer, Escorpión y Piscis, este mecanismo planetario que está ocurriendo acentúa tu parte sensible y por tanto debes separar muy bien las emociones de los sentimientos para no confundir una cosa con la otra. Esto quiere decir, sobre todo en el caso de solteros y solteras, que no te adelantes a prometer nada serio en una relación ni te ates a una sola persona pues podrías estar bajo un efluvio emocional y las decisiones importantes nunca se deben tomar cuando nos encontramos con un tono muy alto de alegría o euforia, o cuando por el contrario estamos tristes o deprimidos. Hay que esperar que la cabeza esté fría y tus emociones bajo control.
NAM/Univisión
