domingo 5 de mayo de 2024

¡HE PERDONADO! Las admirables palabras de este hombre que perdió a su mujer en la masacre de Nueva Zelanda

 La multitudinaria ceremonia que se ha celebrado este viernes en Christchurch (Nueva Zelanda) en honor a las 50 víctimas mortales de la masacre del pasado 15 de marzo ha vivido un momento sobrecogedor. Los 20.000 asistentes al homenaje (junto a los millones de espectadores que han seguido la retransmisión en directo por televisión) han escuchado, impresionados, las admirables palabras de Farid Ahmed, superviviente del atentado que perdió a su mujer en el mismo.

«No quiero tener un corazón que esté hirviendo como un volcán. Un volcán tiene ira, furia, rabia. No tiene paz. Tiene odio. Se quema por dentro, y también quema los alrededores. No quiero tener un corazón como este».  Así comenzaba Ahmed su discurso, si bien el instante que puso la piel de gallina a los miles de personas que le escuchaban llegó cuando habló de perdonar al terrorista:

«Quiero un corazón lleno de amor, cariño y misericordia […] Por eso he elegido la paz, he elegido el amor y he perdonado».

La mujer de Farid, Husna Ahmed, era maestra en una de las mezquitas atacadas. Cuando comenzaron los disparos, corrió a ayudar a los niños y a las mujeres que habían acudido al rezo del viernes. Después, quiso socorrer también a su marido, en silla de ruedas desde hace seis años por un accidente, pero no lo logró. Antes de llegar a él, le alcanzó una bala y murió.

Farid, por su parte, se encontraba en otra sala de la mezquita y pudo escapar. Sin asimilar aún la pérdida, asegura que perdona al hombre que mató a su mujer y que está seguro de que ella, si viviera, también lo habría hecho.

«No quiero tener un corazón que esté hirviendo como un volcán. Un volcán tiene ira, furia, rabia. No tiene paz. Tiene odio. Se quema por dentro, y también quema los alrededores. No quiero tener un corazón como este».  Así comenzaba Ahmed su discurso, si bien el instante que puso la piel de gallina a los miles de personas que le escuchaban llegó cuando habló de perdonar al terrorista:

«Quiero un corazón lleno de amor, cariño y misericordia […] Por eso he elegido la paz, he elegido el amor y he perdonado».

La mujer de Farid, Husna Ahmed, era maestra en una de las mezquitas atacadas. Cuando comenzaron los disparos, corrió a ayudar a los niños y a las mujeres que habían acudido al rezo del viernes. Después, quiso socorrer también a su marido, en silla de ruedas desde hace seis años por un accidente, pero no lo logró. Antes de llegar a él, le alcanzó una bala y murió.

Farid, por su parte, se encontraba en otra sala de la mezquita y pudo escapar. Sin asimilar aún la pérdida, asegura que perdona al hombre que mató a su mujer y que está seguro de que ella, si viviera, también lo habría hecho.

 

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