La saña denotaría ira, por parte del o los victimarios, hacia la indefensa víctima. El hallazgo del cadáver de Luis Alfonso Chirinos Trujillo, a tempranas horas del sábado 6 de noviembre, lo hizo un grupo de personas que arribó a la obra en construcción, que Chirinos cuidaba, el caso no está claro, porque tal cantidad de puñaladas, por un simple robo no concuerda, pero Criminalística está investigando.
Chirinos Trujillo, de 53 años de edad, con domicilio en El Palmar de la Copé, era un exfuncionario de Politáchira que pidió la baja en 2007; desde entonces, se dedicaba a distintos trabajos, como lo hacía actualmente, de vigilante.
Tras hallar el cadáver del infortunado, el grupo de personas dio aviso a las autoridades, esperanzadas en que aún pudiera tener signos vitales, presentándose a los pocos minutos una comisión de Protección Civil Torbes, cuyos paramédicos certificaron la muerte. La mayoría de cuchilladas se le apreciaron en el abdomen y pecho. Los rescatistas le contaron más de 40 heridas, algunas de ellas defensivas, por lo que se cree que el expolicía luchó por su vida. Ya no se podía hacer nada por él.
A la par de Protección Civil, funcionarios de la Policía Municipal de Torbes –Politorbes- llegaron al sitio, pero al corroborar el fallecimiento de la víctima, se apostaron en la escena del crimen para resguardarla, evitando que, de alguna manera, fuera alterada.
Más tarde arribó una comisión del Cicpc San Cristóbal, que se ocupó de colectar algunas evidencias consideradas de interés criminalístico, y del levantamiento y traslado del cuerpo a la morgue del Hospital Central de la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira.
Móvil
Aunque las investigaciones se encuentran en pleno proceso, uno de los móviles que parecieran tener fuerza en este sangriento crimen podría ser el robo.
La casa en construcción que cuidada Chirinos servía para que los migrantes internos o los llamados caminantes venezolanos, que iban o retornaban al país, guardaran algunas pertenencias.
Mientras que la iglesia del sector, que queda al lado de dicha construcción, también colaboraba con ellos, donándole bolsas de alimentos, que también guardaban allí.
Es por ello que no se descarta que alguno o algunos de estos caminantes hubiera cometido el atroz crimen para robar todo lo que ahí había, pero no desestiman que alguien ajeno a esta situación de la migración, y que tuviera conocimiento de lo que había en la construcción, sea el responsable.
La saña con la cual lo matan sigue siendo algo que no se complementa con un caso de robo, pero el tiempo y las averiguaciones lo determinarán.
NAM/Vía La Nación
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