«Por aquí pasarán los médicos que vienen de Italia», decían los jóvenes que pegaban los carteles en las paredes. «Traigan más banderitas cubanas», exclamaban los niños desde las aceras.
Y es que en horas tempranas, hubo una revolución entre los capitalinos que sabían que por sus calles pasarían los hombres que tan alto pusieron el nombre de Cuba.
Los familiares de uno de los brigadistas estaban allí, los delataban sus carteles y la algarabía, sin embargo la emoción era colectiva. Todo un pueblo cooperaba para recibir a «los médicos de nosotros», así comentaban con ese orgullo característico de los cubanos.
En la espera se irrumpieron las risas con los gritos, chiflidos y aplausos. Gracias! Gracias! Gritaban ellos y la gente abría los brazos.
NAM/Fotorreportaje de Yaimi Ravelo/ Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
