La configuración de la percepción política internacional hacia la crisis de Venezuela ya pasa por un único escenario que valora la comunidad de países del hemisferio occidental que, en un grupo de 55 naciones, reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado del país y rechazan la permanencia de Nicolás Maduro en el poder; y es que la salida al deterioro económico y social venezolano pasa por un cambio de sistema, gobierno y modelo político-económico.
Así lo ven y lo dejan entrever los parlamentarios de España, Argentina y Costa Rica que visitaron este martes la Asamblea Nacional por invitación previa del jefe del Poder Legislativo, Juan Guaidó, pues esos diputados ofrecieron esta tarde una rueda de prensa en la cual lanzaron un mensaje muy claro: la Unión Europea debate en estos momentos la posible aplicación de nuevas sanciones al gobierno de Nicolás Maduro.
«Hemos advertido que las sanciones hacia adeptos al régimen se debate en la Unión Europea, solo hemos hecho advertencia de lo que ya existe», anunció el senador español Javier Maroto, representante de la fracción parlamentaria del Partido Popular en el Congreso de ese país.
El senador Maroto aclaró que ese grupo de parlamentarios y el Congreso español no han pedido sanciones adicionales a la UE contra el gobierno venezolano, sino que son temas que forman de «un debate basado en los hechos presentes en la agenda internacional».
Esto implica que, aunque España no haga lobby (presión) ante Bruselas, uno de los principales centros de poder de Occidente y del mundo, para incrementar el aislamiento a la cúpula de poder de Maduro, en el seno del Parlamento Europeo y desde la perspectiva de la Comisión Europea existe una atención y una prioridad política-diplomática hacia la urgencia de provocar un cambio político en Venezuela, esto entendido en el contexto de una posibilidad que hasta ahora solo pasa por presionar a Maduro a salir del poder en vista de la radicalización de su gobierno a pesar de la crisis doméstica.
Ese grupo de parlamentarios forma parte de una estrategia diplomática del equipo de Juan Guaidó para maximizar el alcance comunicacional de la crisis venezolana hasta las altas esferas del poder europeo, que es de donde proviene el principal medio que el gobierno de Maduro utiliza actualmente para financiarse: un enorme flujo de euros en efectivo proveniente de la venta y exportación ilícita a Rusia y Turquía de oro venezolano extraído de las arcas del Banco Central (BCV).
Hasta ahora, no se descarta que esas eventuales sanciones impliquen posibles restricciones financieras sobre altos funcionarios del grupo de poder cercano a Maduro, así como un probable veto financiero a las transacciones del gobierno venezolano con moneda europea.
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— TVV Noticias (@TVVnoticias) November 26, 2019
Ricardo Serrano
