Laborde agregó: «Esto hay que transitarlo con inteligencia, porque son muchos los intereses que pretenden que esto sea una pelea que perjudique más a Venezuela y al proceso de la CELAC [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños]», sostuvo Laborde, por lo que consideró que «es natural sospechar que los adversarios exageren y griten con lo del avión».
Como se recordará, las autoridades del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia argentina de Buenos Aires, retuvieron al avión Boeing 747 Dreamiler, perteneciente a la empresa Emtrasur, filial de Conviasa, con matrícula venezolana, el pasado 6 de de junio, hace ya más de dos meses.
La aeronave, cargada de autopartes, provenía de Venezuela y llevaba a bordo 14 tripulantes, venezolanos y cinco iraníes. Tras una parada técnica en Córdoba, el avión continuó su camino hasta la capital argentina, donde finalmente fue retenido.
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) se querelló por los presuntos vínculos de los tripulantes iraníes con los atentados cometidos contra la Embajada de Israel en 1992 y contra al Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que todavía no han sido resueltos.
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