sábado 27 de abril de 2024

¡EUFORIA DESBORDADA! Liverpool vive una explosión de júbilo tras la victoria de los Reds

Los miles de aficionados del Liverpool que presenciaron este sábado la final de la Liga de Campeones a través una pantalla gigante junto a orilla del río Mersey estallaron en un clamor de júbilo cuando su equipo se proclamó campeón de la máxima competición europea por sexta ocasión.

«¡Es increíble!, exclamó Darryl East, de 38 años, seguidor del Liverpool de toda la vida que luce la camiseta con el nombre de autor del gol de la final, Mo Salah, a la espalda, con la voz rota después de 90 minutos animando al equipo desde la distancia.

«Esto lo es todo…especialmente después de habernos quedado tan cerca el año pasado», añadió aludiendo a la final perdida hace un año contra el Real Madrid.

Miles de aficionados envueltos en banderas en el Liverpool Exhibition Centre junto al río Mersey subieron los decibelios entre una lluvia de cerveza y bengalas cuando el árbitro pitó el final.

Poco antes celebraron el segundo gol de la noche, y desde entonces no pararon de ondear sus bufandas hasta el final del partido.

«Estamos absolutamente orgullosos de ellos», afirmó Karen Clay, de 56 años, otro aficionado de toda la vida del histórico club inglés.

«El entrenador es fantástico.Esto es cien por cien mejor que el año pasado», añadió refiriéndose al técnico alemán Jürgen Klopp entre cánticos del ‘You’ll Never Walk Alone’.

«Segundo mejor lugar en el mundo»

Aficionados procedentes de todas partes inundaron la ciudad del noroeste de Inglaterra durante el día.

Mientras miles de seguiodores Reds se hallaban a casi 1.500 kilómetros disfrutando del ambiente de la final en Madrid, otros no pudieron permitirse el viaje.

«No podía permitirme el lujo de ir a Madrid, pero este es el segundo mejor lugar del mundo para estar», señala Paul Shingler, de 52 años, un aficionado con la edad suficiente para recordar el título la Copa de Europa de 1981 en París contra el Real Madrid.

«Nunca vi algo igual, es como un mar rojo», afirmaba mientras veía a la masa de aficionados con camisetas rojas.

A medida que se acercaba el inicio de la final esta ciudad obsesionada con el fútbol parecía hallarse en medio de un carnaval, con aficionados eufóricos, con síntomas de intoxicación etílica, subidos a farolas y andamios.

«Una experiencia excepcional, bebiendo, cantando», relata Anders Fiskerstrand, un aficionado de 55 años llegado desde Noruega para la ocasión.

El equipo regresará pronto para ser homenajeado en un desfile por la ciudad programado para el domingo por la tarde.

Un aficionado doblemente satisfecho es Damien Brown, que vendió 300 banderas conmemorativas desde el viernes.

«Ha sido una locura absoluta», sonríe.

NAM – AFP